Siempre encontré el rezo del rosario como largo y tremendamente aburrido. Tenía la experiencia de niño junto a la familia materna que lo hacían cada día y en especial cuando hacían las novenas como la de San Sebastián, nuestra Señora del Carmen, el mes de María y tantas otras que logré atesorar en el recuerdo. Con los años sentí varias veces la necesidad de rezarlo- ojalá cada día- y por necesidad (una compra de casa familiar) no pude parar nunca más. Una muestra de amor que dura muchos años y que trasciende el tiempo y logra la esperanza, perseverancia y confianza en nuestra Madre Celestial.
Haz en intento ahora, "aumenta tu pata piedad" y cosecharás increíbles gracias.
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