El
geogiflo del gigante –el Huiracocha -de 86 metros de altura-nos
deja al borde de la fantasías……¡ por el tamaño! está dibujado
en plena montaña; con respeto escuchamos el relato y el significado
de este lugar, al terminar, nos autorizan para dejar “un recuerdo”
en estos parajes- si- ” yo estuve aquí” y lo hacemos con un
sentimiento verdaderamente “mistico”.
Nos
falta el complemento al “alimento del alma” y vamos al pueblo,
es la “once pampina”con unas sopaipillas que nos hace reir por
su tamaño y gozar de su sabor y de la música del “pobre pollo”,
enamorado…..de la gallina francolina, que puso un huevo….
El
pueblito de Huara, con linda iglesia, que conocemos hasta con su
pastor- el sacerdote
de
la localidad que está terminando el mes de María, tras una pausa,
nos atiende con benevolencia, contándonos parte de la historia de
este templo; tambien alcanzamos a divisar el cementerio de este
pueblo, que siguen allí pese al terremoto de hace poco.
¡
Que rico ! aquí no hay prisa, acaso estamos en ¿ otro mundo ?
Ahora
nos deleitamos con Las Termas de Mamiña “los ojos de mi niña”,
ahora viene a mi mente que cuando chico veía en las revista “En
Viaje” la propaganda para conocer y apreciarlas; hoy esa lejana
invitación se hace realidad.
Para
este viaje empezamos con unas pacientes hojas de coca en la boca,
para prevenir el viaje a la altura…sonreimos viajando en este
desierto mientras tarareamos-curiosamente- la música “de nuestros
años” que melancólicamente suena “la lluvia, cae, cae, son –mil
recuerdos de ti “ y se me ocurre que contaré “algún dia” a
mis amigos con aire docto y semiserio, fíjense que “ mi encuentro
con la coca fue por allá por Noviembre en el viaje de Pozo Almonte a
Mamiña”
a continuación vienen los ambarrados baños chinos......
Una hermosura de ciudad, que aparece viajando en pleno desierto IQUIQUE- ES EXTRAORDINARIA! |
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