jueves, 16 de diciembre de 2021

4 rituales para empezar

 

Recordar que nos estás solo. Hay gente que te aprecia, recuerda y agradece. Llama hoy a uno de tus contactos, especialmente al más alejado, quien nunca toma el computador y teléfono para decirte simplemente "hola! que tal?". En un tiempo especial: debo pues aprovecharlo en sembrar, cultivar, cuidar a los amigos, hermanos.

 Eleva tu oración diaria y recorre sus nombres encomendando sus vidas. Muchos te lo van agradecer. Miles de veces simplemente quieren que prestes oreja-que los escuches. 

Hagamos de esta jornada algo diferente, distinto y enriquecedor. 

(cuenta tu experiencia!!)

miércoles, 8 de diciembre de 2021

* ¿Donde puedo comprar? fácil......JAIME LOCAL 51

 

 

La conocida pileta-sin agua del Mercado Modelo de RANCAGUA nos recibe para hacer compras de todo tipo para aprovisionar la vida.

 

Siempre que voy al mercado de la ciudad acudo al local 51 donde atiende alegremente "mi hermano de colores Jaime". La especialidad son las aceitunas, el queso de cabra y el mate junto a un sinnúmero de productos: porotos, garbanzos, envases, ají, salsas tomate, y envases para todo tipo de productos para el menudeo.

Lo conozco hace un tiempo y la particularidad de Jaime es el saludo y la sonrisa:

"¡Muy buenos días!- ¿y....el negocio? Muy bien gracias a Dios!, no, yo no me puedo quejar! sería un malagradecido, así que ¡siempre estamos muy bien!- Que le vaya muy bien, Dios le acompañe".

Dígame usted amigo querido que lee estas líneas si no es difícil hoy más que nunca el encontrar un comerciante alegre y contento: “que está todo malo, que todo sube, que el dólar, las vacunas, la cosas no avanzan, que esta lesera de enfermedad, la pandemias, los asaltos, los políticos, los votos, el estallido que......en fin son de verdad unas cincuenta ideas reclamándolo todo, sin darse cuenta que "somos ricos".....vida, salud, compañía, hermanos, amigos, fe.....

Hay un programa que tienen los chiquillos del Mcc a nivel nacional que tiene un curioso nombre "QUE SE NOTE" que somos "de colores y me parece una buena opción representar en Jaime un fiel exponente de lo que continuamente intentamos mostrar entre los conocidos y amigos. Gente con compromiso, alegría y servicio.  

Desde hace tiempo, incluso preocupados quisimos hacer algo diferente y quisimos intentamos guardar retratos de esta pandemia en algunas personas que encontré en el camino. Gracias a ellos me pareció que era posible continuar con trabajo, ánimo y sueños-que se notara "el fin del túnel", creo que el intento valió la pena.

 Los invito a revisarlos y comentarlos:

 

 
 

jueves, 2 de diciembre de 2021

Recordando el video payas chilenas

    El recordar es clave, es patrimonio y emoción familiar. Ya pasaron trece años de los que  me quedan y otro tanto quizás vendrán. Es el último tio de los Pinos y aún guarda esta bendición de memoria cuando quizás muchos la han perdido. 

Recordamos como homenaje al "TIO JUAN PINO y saludamos a su familia que vive en Yerbas Buenas y se levanta cada dia a hacer producir el campo y las emociones.

 Gracias por el cariño y el recuerdo. También la entrega y esfuerzo. Las opiniones son alegres:

" Miren! muestran respeto y admiración. Otro cuenta que lleva años viéndolo. También que está excelente y más. Que rico escucharlo. Que me dice de un chileno neto. También "una leyenda". Que rescata tradiciones. Picardía y chilenidad. Se preguntan por el nombre del abuelito, para recordarlo! éso es cultura".

Buena la propuesta. El recuerdo. Mas el broche de oro........"GRACIAS POR COMPARTIR"

* VISITANDO MI TIO JUAN PINO

 

Hermosa visita, para nunca olvidar la familia. Un viaje para saludar, recordar, atesorar y compartir. Gracias a Dios una mente perfecta, espíritu dispuesto y una letanía de algarabía:

¿Cómo está el vino On Pino?- No sé po, "encurando esta bueno po". Ahh el santo e´palo el Santos Matamala le sacaba la cresta a la señora, pero ése dia muy enfermo y no pudiendo alcanzarla, ella muy solícita le alcanza el palo de manera de poder cumplir con la rutina. De Bartolo Lara que recitaba cada día: "No me puedes llevar hoy (la muerte) si no mañana (osea vuelva todos los dias).

Juan Urra es inolvidable, el pagaba pensión, sabía de todo, no sé leer ni escribir solamente vivir, "escribe gueón las cosas que te cuento y yo no le hice caso (allí quedaron los graciosos brindis de don Juan Urra) contaba mil historias, que trabajó en el norte, así lo decía yo conozco de todo...."mar y tierra", con linyera al hombro, torrante, cuequero, valseado y correteado, quizás malos pergaminos "zorro correteado". Ví de todo...peucos, águilas y zorros que bien se puede transferir a la gente pues. Se encaletaban en las quebradas. Todos les decíamos "enojón" y se gasta tres bastones: uno "el tata pancho" cuando me voy a pagar y la catan (un cuchillo envueltos en ropa" es que hay que ir preparao...

Buenas las fiestas. Guitarra no más, después vino a complementarse con acordeón y ...el vino, démosle cuecas, entorchao, cuecas y versos, mayor entonces ya estaba de espuelas.

Veo los partidos "aquí es que no hay niuna guevá más que hacer." Bueno es reposar a esta edad le digo y allí empieza hacer recuerdos partiendo por: Juanita-la mayor- allá en Las Palmas, lado Chépica, Aída, Rafaela (no hace mucho que la lloro) Elsa Victoria "la Toya". De los hombres José Hermenegildo el mayor, Manuel Segundo, yo Juan Francisco, Ramón Luis, Raúl Eleuterio, el menor. No tiene vacilación alguna y sorprende. Y sigue recordando "el portón de lata" que quiere hacer un viaje por "un par de pesotes" pero dice el resto si va el, borren mi nombre no me gusta el bullicio de don portón... tambien otro rcuerdo de doña Inelia que trabajan la maroma o circo, con tony o payaso "con un solo porrazo del payaso...me doy por pagado" agrega.

"Voy a brindar dijo el huaso.....y comienza una larga demostración de ingenio y memoria recordando ....con toda benevolencia, por las señoritas les brindo mi corazón, por Camilo Henriquez hombre progresista, sin empalique....."

claro, veinte años en Caletones, trabajaba en empaque de cobre refinado (un paquete pesaba dos toneladas) y los camiones hacián veinte. De Olivar a Rancagua son diez kilómetros que hacía en bicicleta, bus y en mi propio vehículo una coitroneta y después un Fiat 147 para llegar a la Chevrolet Luv. Hasta allí no más pues. Pero junté dos trombosis y complicaciones al lado derecho; bueno rayuela fué, corta y larga. Estuve, para no creerlo diez años sin vino y eso que se tomaba mucho en esos años. "Se paraban un chuico de quince y llegaban dos más (45 litros!).

Amelia, no tiene ni arrugas, buena pal palillo Recuerdo cuatro chombas que aún me quedan. Me crié con puros porotos, con pilco (maíz) un fonde de ellos y la ración un plato con una cucharada de color.

Allí, trabajando la emoción, rescatamos algunos dichos, brindis, historias y recuerdos, un buen día en Yerbas Buenas. Pero siguen dos más historias. Espero que algo cuenten en los comentarios y aportes.



 

Sí, soy el último de la gran familia Pino.

 

las charlas son muy amenas.

 

Los recuerdos fluyen.

Todo esto esperando por tanto tiempo de encierros y miedos.


 Hermosos gestos de amor, respeto y cariños. Gracias por tanto!

Soy el último que queda de los nueve hermanos. De mis recuerdos- se explaya-muy bonita la yegua "Torcaza" de mi abuela, pero me quedaron grabadas la "Canela, el turco, el chiflido, la chancaca" para que le digo de tantos perros queridos: el "cholo, lucas, el piano, el joven, el viejo, el cinco", tampoco olvidar los rodeos y las carrera a la chilena donde se apostaba y se perdía un poco. Arar con bueyes, eran mansitos, uno les gritaba "vuélvete y el nombre" y listo, estaba el "caramelo,tordo, coral, zíngalo.

Mi primer par de zapatos, "los renguinos" me costaron $125, después le agregué espuelas....de cinco pulgadas, y la montura, el lazo firme, trenzado de cuatro hebras, muy bueno. En rayuela, fuí campeón en Caletones fuimos a pelear triunfos a Concepción y estuvimos en el hotel Ritz todo, sonríe "bien comido y bien tomado". Mis tejos de un kilo y tanto los regalé. Tenía una cartuchera que me regaló la Edith. En ése tiempo los viejos con tejos de más de 2 kilos tiraban 15 metros. Buenos amigos, respira: Segundo Yañez, mi cumpa Nene Baltierra, Yantén, Fernando, Elena Urbina.

51 años de casado con Amelia Rosa Becerra Carreño la conocí en Rancagua en casa de una prima, "era quitaita de bulla". Me aceptó a la tercera, yo no tenía casa y me embarqué...

Recuerdo muy nítido que en la pega nos decían "tienen que tomar del matapenquero para limpiar el llampo", trabajábamos con trompa, zapatos de seguridad con punta de fierro, había que andar siempre escoreando la olla, para que quedara uniforme, una vez quedó con humedad y estalló un trabajador; siempre habían viejos teatreros, concurrían habitualmente al "matasanos"....que le pasó ahora le preguntaban...ahora....y esta vez era verdad vengo quemado iñor, es que la chispa de cobre eran mortales y había que andar en regla siempre. Tomé harto vino en Caletones no me quería enfermar.

Siempre me gustó "la leyenda del parrón" (y es motivo para reproducirla en breve).

Bonito encuentro Cecilia, Chabela, Anita, Luis, Patricio, Manuel, Edith, Moisés, Javierita y Carmen y servidor. Abrazos y agradecimientos.

27 Noviembre 2021 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

En un día once...

 


 Hace prácticamente cincuenta años vivimos una especial situación que ahora recuerdo con un personaje de mi Requínoa querido.

Trabajaba en la Oficina de San Miguel y aquel viernes me despedí del personal del banco por mi traslado solicitado provocando muchos cambios en mi vida: de oficina, de ciudad y de estado civil. El sábado era mi matrimonio y la carrera del "ultimo viaje en tren" para llegar ayudar organizar los últimos detalles de la fiesta.

Era la manifestación en "el Casino" o Gimnasio del pueblo, que tenía nada menos que el techo, sala y baños. Lo demás todo había que conseguirlo y llevarlo. En estos menesteres nos dedicamos con la familia: llevar cocina, refrigerador, mesas, sillas, plantas, vajilla y todo lo que hoy tienen los banqueteros que se dedican a estos menesteres. El sábado fué continuar con los detalles: la orquesta de los adornos, las plantas ornamentales, mesas y miles de detalles. Ufff!

El 11 Diciembre....ese día fué muy corto, con carreras, idas y venidas, hasta que mirando el reloj estábamos en los descuentos de la ceremonia religiosa en la Parroquia San José; eran las últimas carreras- dejamos la maquinaria sabatina y corrimos por un rato para alcanzar cada uno  su casa, arreglarse y partir, eran los detalles pendientes y allí en pocos  minutos y se me ocurre pasar donde el peluquero del pueblo don Guillermo; cosa rara está con ocho clientes en espera, entro, lo saludo y le explico "señor Jorquera, estoy de carrera, necesito un pequeño arreglo ya que me voy en breve a la iglesia". 

Me sonríe y muestra como tiene la sala de espera.

-"pero un par de minutos, es para la mano de gato" apenas.

y allí se le ocurre: si los clientes autorizan le hacemos el 

¡por favor!

-todos como tabla.....sonriendo por el novio que marcha al suplicio: ¡por supuesto!

llego a la Villa Jardín y veo un "choclón de encorbatados, trajes largos" de las damas, y mi abuelita Rosa quien me recibe con un buen puñete en el brazo como saludo cariñoso:

"y esta mierda, todavía no está listo, es el último, nosotros todos listos, ¡ya apúrate!

ducha, peinado, traje (era grueso de buena tela pero en verano....guauuu!) cinco minutos y vamos "a lo que Dios quiera".

tatantatán..... 

Así comienza la historia de una nueva familia que este mes celebra cincuenta años juntos. Un record que siempre es difícil alcanzar y que muchos lograrán como nosotros y que nunca soñamos y tampoco imaginamos en celebrar bodas de oro-gracias a Dios y nuestros padres. Un dia once muy especial.

* Sewell de mis amores

 


 Sewell de mis amores- un viaje al recuerdo, familia y vida.

 Sonreía siempre cuando mostraba mi carta de presentación oficial: “Nací, a diferencia de muchos, cerca del cielo, en la ciudad minera de Sewell; en plena montaña a los 2.000 msnm- lugar especial y mágico que poseía la mina subterránea más grande del mundo, una ciudadela curiosa, diferente, enclavada en la cordillera, tenía todos los servicios de comercio: bancos, iglesia, entretenimientos, colegios, hospital, correos, estadios y piscina-toda una ciudad que alcanzó a tener cerca de quince mil habitantes en su mejor momento. Eran los tiempos de la Braden Cooper Co, la empresa que manejaba la mina, con profesionales, trabajadores y centros de la industria. Las primeras películas en el país se inauguraban en su cine, clubes con las grandes orquestas, encuentros deportivos también; aparte de las fiestas de la primavera, fiestas patrias, de los clubes de bolos, fútbol, tejo y mucho más; había que tener variadas entretenciones y esparcimiento para tantos habitantes, familia y trabajadores. El hospital era el más adelantado del país y tenía los últimos avances tecnológicos. Allí en algunas de sus salas de maternidad logré abrir los ojos un día de diciembre para comenzar la vida, conocer y soñar con existencia mejor; después seguir en la escuela que con el número 63 iniciamos asustados una etapa muy importante con mi profesora la señora Isabel para aprender de lo bueno que tenía esta ciudad, la familia y la vida. Como era un sitio industrial, en todas partes había maquinarias, ruidos, olores, personal y movimiento de una gran empresa. Fue llamada “la ciudad de las escalas”, enclavada en plena montaña con edificios de muchas familias, con baños generales en los dos extremos separados por hombres y mujeres. Muchas familias y también edificios para solteros.

 Lo destacable: orden, seguridad ,”zona seca”, trabajo, un tren de trocha angosta que se empinaba tras seis horas de viaje para alcanzar los 58 kilómetros distantes de Rancagua, todo era cuesta arriba. Decía que “era como otro país: todo era diferente, no habían árboles, tampoco calles, pero sí una buena organización, también chimeneas, molinos, transportes, capachos, ascensores industriales, chancadores y mucha maquinaria; pero la fiesta para un niño como yo era :¡la nieve!. Blanca, generosa y abundante en los meses invernales, que eran los de ir a la escuela, como lo hacían los gringos.

Inolvidables esos días domingos, las películas matinée; recuerdo “Scaramouche”, que posibilitó a la salida del cine las peleas con espadas, alternando el perdedor que en la subida del camarote le tocaba “morir de la estocada” cayendo a un pequeña altura sobre la blanda nieve riendo y cambiando los papeles del ganador “ya, ahora mueres tú”. Llegaba ella, muy blanca y silenciosa y nos maravillaba al despertar con una blancura y brillando como un manto mágico cubriendo todo lo que alcanzábamos a mirar. El paisaje cambiaba todo, parecía novedoso y uniforme. Caminar era una odisea y lo inolvidable para un muchacho como yo era lanzarse en trineo cuesta abajo, aunque fueran pocos metros. Ése momento increíble aunque breve y emocionante, nos alegraba el corazón y nos llena de frescura.

Empezábamos la vida y las amistades. Los cumpleaños allí eran bien acompañados pero una noticia nos trae  un cambio tremendo que modificaría en breve la vida familiar; a mis ocho años, mi padre fue despedido de su trabajo por razones que nunca entendía en esos años, le llamaban  “reducción de personal” y teníamos que abandonar el campamento. Bajamos pues “al plano” al pueblito campestre de Requínoa, donde el aire era mejor, con árboles, vehículos y calles. Increíble era que me gustaba el olor de las  bencinas y su combustión, los paseos a los cerros, todo lo verde, los animales, el comercio, campos y frutas; hasta creía que Rancagua era lo mismo que Santiago. Razón de nuestro alejamiento del campamento incurre en la decisión de seguir los estudios en el liceo de los “Josefinos de Murialdo”, el lema era para mí muy curioso y debía aprenderlo para siempre: “hacer y callar”. Allí conocimos a los profesores Padres Ítalo, José, Elías, Juanito, el hermano Valente, y mis compinches  de la familia Román, Zúñiga, López, Méndez, Araya, Abarca, Caro, Díaz y tantos más, haciendo un compacto equipo de monaguillos, soñadores: integrando el coro del colegio, participando en los desfiles patrióticos y de la institución, con fiestas de navidad, de la iglesia y de la patria, motivos que enriquecieron e hicieron posible una buena formación, con valores cristianos, familiares y de vida.

Volví algunas veces a mi ciudad especial: como olvidar “punta de rieles”, la Plaza Morgan, las interminables escalas y la multitud de mineros con sus trajes y afeites, engalanados a la espera del tren donde venían las familias, los invitados, y….bueno….las sorpresas; era como un desfile hermoso donde creía escuchar una obra que sonaba en el aire como “música para ver pasar muchachas”. Recuerdo “La Junta, Coya, Caletones”, también  la “quemada del tejo”, los boys scouts, los bomberos, carabineros, las misas en la Iglesia San Lorenzo y la Gruta de la Virgen. Recuerdo a “Ponchito” aquel día, las carreras de los camilleros que avanzan todo lo rápido posible por las escalas, como tantas veces por algún percance, accidente o emergencia. Queda mirando intentando descubrir a quien le tocará en esta ocasión saber la noticia del accidentado o enfermo. Tenía tan solo ocho años y el desconocido era su padre, con sus ropas de trabajo manchados de sangre, una víctima más de la silicosis llamada la “enfermedad del minero”-asesina y silenciosa, dejando sin padre a Ponchito, pero también a sus hermanas: Laurita, Carmen, Lucy, Rosamel, Manuel, Luis Arturo, y dejando viuda a la señora María y sin abuelo a este nieto quien hoy lo recuerda en estas sencillas pero sentidas líneas.

Hoy Sewell es una ciudad fantasma. También es declarada Patrimonio de la Humanidad, les pertenece a todos. La silicosis es reconocida como enfermedad profesional y se terminó el campamento y crecieron todas las ciudades “de abajo”. Hoy me parece-estoy seguro- haber recibido un mensaje de las alturas, me ha llamado y pedido que recuerde algo de su existencia, de lo vivido y aprendido, de lo mucho regalado, del cariño recibido y los recuerdos sembrados. En esto estoy ahora, antes que se me acabe el tiempo, cuando las ideas no logren hilvanarse, confunda la nieve con la sal y no recuerde una vida maravillosa con mi familia. Es que de verdad hay tristezas: los rodados en los camarotes, la tragedia del humo, de “Agua Dulce” y que –queramos o no- cada día somos menos, menos los que la recordamos y menos los que le suspiramos añorándola mi ciudad querida. Pero aún es posible grabarla en pocas palabras, acercarme a cada uno y sueño llegar a todos, para que todos puedan saber-como decía Oscar Castro, todo este intento sincero  es asegurarte ciudad querida que sepas que cumplimos tu anhelo de los sewelinos todos “para que no me olvides”, nosotros siempre te llevaremos aquí en el corazón.

 "Caqui de colores *Diciembre 2021"

 

 

 


 

LOS LIBROS EN DICIEMBRE 2021

 


 La llegada del verano en este mes es un nuevo aliciente para seguir en la ruta de los sueños, las historias y los libros. A fin de año hay que seguir recorriendo historias sin fin. 

433.-"Chocolate caliente para el alma de la pareja" Historias para atesorar y compartir. Jack Canfield y Bárbara de Angeles

434.-"¿Quén se ha llevado mi queso? como adaptarnos a un mundo de constante cambio/ Spencer Johnson , M.D.

435.- "El costo del silencio" Javier Rebolledo/ Planeta

436.- "¿Quién asesinó a Manuel Rodriguez? Guillermo Parvex

 Reseña del libro (MUY INTERESANTE)

¿Quiénes estuvieron detrás de la muerte de Manuel Rodríguez? ¿Fue la Logia Lautaro o una sociedad secreta ajena a ese grupo? ¿Por qué razón se le persiguió, asesinó y posteriormente se ocultó a los autores materiales de este crimen político? ¿Qué rol tuvieron los generales Bernardo O’Higgins y José de San Martín en esta y en otras historias que marcaron la época independentista? Guillermo Parvex —autor de varios best seller de investigación histórica— se sumerge en los archivos de uno de los hechos más enigmáticos en la forja de nuestra naciente nación, el homicidio de Manuel Rodríguez Erdoyza ocurrido el 26 de mayo de 1818. Un mes antes habían sido ejecutados los hermanos Juan José y Luis Carrera, e igual suerte correría otro miembro de esa familia, José Miguel, tres años después. Todos habrían sido víctimas de una limpieza ideológica que es detallada en esta crónica histórica, llena de intrigas al más alto nivel, exhaustivamente investigada y basada con rigor periodístico en los dichos de los protagonistas de este caso, que remeció a la opinión pública en 1818 y que se ha mantenido en el inconsciente popular hasta nuestros día