miércoles, 1 de diciembre de 2021

En un día once...

 


 Hace prácticamente cincuenta años vivimos una especial situación que ahora recuerdo con un personaje de mi Requínoa querido.

Trabajaba en la Oficina de San Miguel y aquel viernes me despedí del personal del banco por mi traslado solicitado provocando muchos cambios en mi vida: de oficina, de ciudad y de estado civil. El sábado era mi matrimonio y la carrera del "ultimo viaje en tren" para llegar ayudar organizar los últimos detalles de la fiesta.

Era la manifestación en "el Casino" o Gimnasio del pueblo, que tenía nada menos que el techo, sala y baños. Lo demás todo había que conseguirlo y llevarlo. En estos menesteres nos dedicamos con la familia: llevar cocina, refrigerador, mesas, sillas, plantas, vajilla y todo lo que hoy tienen los banqueteros que se dedican a estos menesteres. El sábado fué continuar con los detalles: la orquesta de los adornos, las plantas ornamentales, mesas y miles de detalles. Ufff!

El 11 Diciembre....ese día fué muy corto, con carreras, idas y venidas, hasta que mirando el reloj estábamos en los descuentos de la ceremonia religiosa en la Parroquia San José; eran las últimas carreras- dejamos la maquinaria sabatina y corrimos por un rato para alcanzar cada uno  su casa, arreglarse y partir, eran los detalles pendientes y allí en pocos  minutos y se me ocurre pasar donde el peluquero del pueblo don Guillermo; cosa rara está con ocho clientes en espera, entro, lo saludo y le explico "señor Jorquera, estoy de carrera, necesito un pequeño arreglo ya que me voy en breve a la iglesia". 

Me sonríe y muestra como tiene la sala de espera.

-"pero un par de minutos, es para la mano de gato" apenas.

y allí se le ocurre: si los clientes autorizan le hacemos el 

¡por favor!

-todos como tabla.....sonriendo por el novio que marcha al suplicio: ¡por supuesto!

llego a la Villa Jardín y veo un "choclón de encorbatados, trajes largos" de las damas, y mi abuelita Rosa quien me recibe con un buen puñete en el brazo como saludo cariñoso:

"y esta mierda, todavía no está listo, es el último, nosotros todos listos, ¡ya apúrate!

ducha, peinado, traje (era grueso de buena tela pero en verano....guauuu!) cinco minutos y vamos "a lo que Dios quiera".

tatantatán..... 

Así comienza la historia de una nueva familia que este mes celebra cincuenta años juntos. Un record que siempre es difícil alcanzar y que muchos lograrán como nosotros y que nunca soñamos y tampoco imaginamos en celebrar bodas de oro-gracias a Dios y nuestros padres. Un dia once muy especial.

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