Esta floklórica frase de nuestra historia fué realizada en tiempos difíciles: un once de Septiembre. Aquel día temprano en la mañana antes de abrir la sucursal escuchábamos con estupor por la radio que se estaba produciendo en la capital el golpe que propiciaba sacar al Presidente constitucional e iniciar un gobierno militar, y se sabía en cuentagotas las alternativas noticiosas. Incluso muchas fake news nos golpeaban produciendo miedo e inquietud. Fué allí cuando la tía Gladys pronuncia su frase para el bronce indicando que se acababan las presiones de la civilidad dejando en manos uniformadas la reconstitución total del país.
En un nuevo aniversario la recordamos con la precisión informativa e histórica.
Agradecemos la fotografía de nuestro amigo de colores: SCHEU de VALDIVIA
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