La maravilla del color y la naturaleza: obra magnífica de Dios, los ojos dispuestos, la producción de "Dome", la fotografía de la pequeña "Anyela" con el texto de Caqui; entre todos-entusiastas y animados- hacemos y complementamos la emoción.
Cincuenta años es toda una vida, y mucho más que eso: comienza con dos historias independientes pero que se encuentran de improviso, comienzan a conocerse, entenderse y comprenderse- en un proceso fructífero, lento, decidor y contínuo. El amor salta de improviso; como "añadidura", bueno como en ésta- nuestra tremenda historia-ella empezó con nuestros padres, siguió con las sorpresas siguientes: hermanos, familia, hijos, nietos y se agregan los amigos que nos acompañan y también "apañan". Es un tiempo que queremos recordar después de tanto extra incierto:....encierros, dudas, miedos, entonces...¡ya, celebremos!. La fecha está lista-un sábado igual que hace cincuenta años-los ánimos dispuestos, la emoción ....contenida como al comenzar.-es que hay mucha emoción y suspenso. Ojalá que no nos falten los de nuestra historia, los que nos enseñaron, acompañaron, dejaron huellas. Primero y vital: Dios que nos unió en un momento preciso: dos seres diferentes que se encuentran en una fiesta, conversan y lo demás será una hermosa y larga historia.
Hagamos un recuerdo y una fiesta: el amor si puede durar, crecer, transformarse y siempre alegrarse. Tenemos muchos motivos para decir ¡GRACIAS SEÑOR! por todas las novedades que exceden tremendamente nuestra increíble capacidad de asombro: gracias hoy, mañana y siempre.
Hagamos de la familia unida siempre, una fiesta de amor y agradecimientos.