¿Qué venció Jesús con la resurrección?
“Jesús
venció a la muerte y, con ello, abrió el camino para renacer a una vida
nueva”, agrega. San Pedro, en su Primera Carta, refiere: “Mediante la Resurrección
de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza
viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible”. / "que no se puede marchitar".
Desde tantos gestos de servicio, hoy nos toca creer que Jesús, muerto en cruz, ha resucitado y vive en medio de nosotros, que merece la pena gastar nuestra vida y comprometernos en la construcción de un mundo nuevo, el mundo del amor, la justicia, la libertad y la alegría del resucitado.
Creer en el Resucitado es creer en la esperanza de una vida eterna
que, por serlo, ya ha comenzado aquí. Creer en la otra vida, en el
cielo, es buscar ser fiel a esta tierra hasta el final, sin defraudar ni
desesperar de ningún anhelo o aspiración verdaderamente humanos. No es
esperanza cristiana la que conduce a desentendernos de los problemas y
sufrimientos de esta tierra. Precisamente porque cree, busca y espera un
mundo nuevo y definitivo, el creyente no puede conformarse con este
mundo lleno de lágrimas, dolor, sufrimiento, injusticia, mentira y
violencia.
Quien no hace nada por cambiar este mundo no cree en otro mejor. Quien
no trabaja por desterrar la violencia no cree en una sociedad fraterna.
Quien no lucha contra la injusticia no cree en un mundo más justo. Quien
no trabaja por liberar al ser humano de sus esclavitudes no cree en un
mundo nuevo y feliz. Quien no hace nada por cambiar la tierra no cree en
el cielo.
Creer en el Resucitado es creer que ahora Cristo está vivo, lleno de fuerza y creatividad, impulsando la vida hacia su último destino y liberando a la humanidad de caer en la destrucción de la muerte.
Jesús vive, sale a nuestro encuentro en nuestro diario vivir, y al igual como lo hizo con las mujeres a las que se les presentó, nos dice "no tengan miedo", y quiere que llenos de paz, confianza, alegría y valentía salgamos a proclamar el kerygma.
Jesús nos quiere vivos en la fe, en el amor y en la esperanza para dar testimonio en nuestras comunidades de que él resucitó.
No podemos callar la verdad, nuestra vida se llena de gran alegría y de valentía para llevar el mensaje liberador de Jesús.
《SEAMOS TESTIGOS VALIENTES DE JESÚS RESUCITADO》
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