Para
contar historias de vida y emociones hay que ser muy loco, apasionado o
enamorado; yo tengo las tres así que sigamos desgranando las vivencias
en este mes diciembre que tiene los fogonazos más llamativos: nací en la
mitad del último mes, tiempos de esperanzas-había finalizado la guerra
mundial y eran tiempos de reconstrucción de todo: paz, la gente, los
países, la economía; también nacieron mis dos hermanos varones lo que es ciertamente curioso, en un
mes especial como éste empecé a ganarme la vida partiendo con los
papitos que me fueron a dejar a Victoria, mi trabajo lejos de casa y con gente nueva y diferente; con los años finalicé este proceso el mismo mes
en Rancagua después de un largo período de más de cuarenta años- algo
que ahora ya no se producirá -el permanecer en la misma empresa toda la vida
laboral. Este mes fué la fecha del matrimonio-importante hito en la vida- ya que se
acercan las bodas de oro, otra marca que cada día se hace más cuesta
arriba cumplir- ya no se aguanta como antes los cambios, la vida y la convivencia diaria. Otra más, murió
mi padre un dia siete, pero nació un nieto este mismo día lo que
también marcó mi significado especial de recuerdos, jolgorio y
meditación. todo guarda un mensaje que es preciso descubrir. Hoy sólo me viene a la memoria que hay que estar siempre alegres. Cuidar este especial estado de regocijo. Gracias por todo estos años por todo lo que me ha tocado vivir, compartir y aprender. De tanta gente querida, de la familia y también de los amigos. Tantos que de una y otra forma comparten este caminar, peregrinando hacia el más allá. Juntos, enamorados e ilusionados. Es tiempo de agradecer entonces.
Hoy, en nuestra eucaristía de domingo justamente llegó el mensaje. Tiene entonces su sentimiento especial y que debemos reproducir es la
Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 5,16-24.
Hermanos:
Estén siempre
alegres.
Oren sin cesar.
Den gracias a Dios
en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo
Jesús.
No extingan la
acción del Espíritu;
no desprecien las
profecías;
examínenlo todo y
quédense con lo bueno.
Cuídense del mal en
todas sus formas.
Que el Dios de la
paz los santifique plenamente, para que ustedes se conserven
irreprochables en todo su ser - espíritu, alma y cuerpo - hasta la
Venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que los llama es
fiel, y así lo hará.
agradecemos pues todos estos dias de meditación y publicación-que me servirán para entender mejor tantas cosas que nos tocó. Agregamos de la misma forma la importancia de trabajar siempre la llamada "vitamina r" que nos ayuda a seguir con más ánimo, esperanzas y alegría. Sepamos quedarnos siempre con lo mejor aún de los tiempos complicados, de pandemia, penas, dificultades pero también de oportunidades y de esperanzas. Que así sea siempre: una sonrisa confiada y permanente.
¡Gracias Señor!
Diciembre 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario