LA HISTORIA DE LA BOTA.
Y seguimos con nuestro viaje especial a la quinta región desde nuestro querido colegio de Requínoa, invitados por el Padre Elías Morera. Bueno, cierto dia en la tarde nos encontrábamos en Caleta Abarca y se nos ocurrió nada mejor que había que aprovechar la fresca y salada marina y sacarse zapatos y mojarse
para aliviarse un poco de tantas caminatas de este paseo. Nuestro amigo, el Padilla (llamado tiernamente "el vampiro") mostraba orgullosamente sus botas nuevitas compradas especialmente para el viaje y ocurre lo inevitable, en un descuido increíble, el mar le arrastro una bota empezando las carreras y una lucha para recuperarla y nosotros conteniendo al muchacho para que no se tirara al mar a rescatarla en medio del violento oleaje, lo que hubiese sido trágico en este lindo paseo, después de mucho luchar y aún asustados por fin nos dimos por vencidos. Allí nos llamó nuestro curita y nos dijo: ¡Ya! nos vamos al convento; ya estaba obscuro y hacía frío, todos subimos al bus y entre todos rodeamos al Padilla para que no lo pisaran su pie desnudo.
Al saber lo sucedido el Padre Elías se le ocurrió una práctica solución: "Marcial, tu que eres de los mayores, lleva al amigo a tal lugar y hablas con el Padre Pedro y le cuentas el inconveniente para solucionar este problema. Allí tenían productos de "Cáritas" y le regalaron un par de zapatos de emergencia, eran parece, "calciplas" o zapatos plásticos que lo sacó del problema y pudimos seguir aprovechando este hermoso paseo invernal. Un recuerdo para tantos que quedamos agradecidos, sorprendidos por conocer y compartir.
Seguiremos recorriendo esta hermosa Quinta Región amigos.
Y seguimos con nuestro viaje especial a la quinta región desde nuestro querido colegio de Requínoa, invitados por el Padre Elías Morera. Bueno, cierto dia en la tarde nos encontrábamos en Caleta Abarca y se nos ocurrió nada mejor que había que aprovechar la fresca y salada marina y sacarse zapatos y mojarse
para aliviarse un poco de tantas caminatas de este paseo. Nuestro amigo, el Padilla (llamado tiernamente "el vampiro") mostraba orgullosamente sus botas nuevitas compradas especialmente para el viaje y ocurre lo inevitable, en un descuido increíble, el mar le arrastro una bota empezando las carreras y una lucha para recuperarla y nosotros conteniendo al muchacho para que no se tirara al mar a rescatarla en medio del violento oleaje, lo que hubiese sido trágico en este lindo paseo, después de mucho luchar y aún asustados por fin nos dimos por vencidos. Allí nos llamó nuestro curita y nos dijo: ¡Ya! nos vamos al convento; ya estaba obscuro y hacía frío, todos subimos al bus y entre todos rodeamos al Padilla para que no lo pisaran su pie desnudo.
Al saber lo sucedido el Padre Elías se le ocurrió una práctica solución: "Marcial, tu que eres de los mayores, lleva al amigo a tal lugar y hablas con el Padre Pedro y le cuentas el inconveniente para solucionar este problema. Allí tenían productos de "Cáritas" y le regalaron un par de zapatos de emergencia, eran parece, "calciplas" o zapatos plásticos que lo sacó del problema y pudimos seguir aprovechando este hermoso paseo invernal. Un recuerdo para tantos que quedamos agradecidos, sorprendidos por conocer y compartir.
Seguiremos recorriendo esta hermosa Quinta Región amigos.
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