Como era ya costumbre el personal de la mansión, lo bautizaron con el sugestivo nombre de "pichacatero"; que se hacía "menjunges" con sus recetas hogareñas:
-" ya apareció con sus inventos habituales. "¡Buena pichicatero hombre!"
y nos reíamos una y más veces.
Con el tiempo el creador de tal sobrenombre prodigó tan generosamente el grito que el título se lo adjudicó el mismo.
Guillermo pasó a ser sin quererlo,el mentado "pichicata, o pichí" para los amigos.
No hay salud!
Son cosas de la vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario