miércoles, 11 de septiembre de 2019

* Padre Sebas y mi paisita

 
-Yo, viviendo mi cursillo encontré a los curas más accesibles, más cercanos; me confía el paisa en estos convulsionados tiempos.
-Pero porqué me dices esto?
-Es que con todo lo que ha pasado parece que cada día los vemos más lejanos e inalcanzables.
-Yo diría, me dice muy convencido, que hay que humanizar a los curas. Uno, muy amigo me decía: nosotros también tenemos papá y mamá, Tenemos hermanos, tíos y abuelos. Y para que sepan pues es difícil que nos cuesta la humildad, la pobreza y la castidad. No es fácil, bueno para uno es imposible pero con el Señor sí se puede.
-Encuentro muy bueno el argumento, y le sigo la idea callado.
-Los he visto sufrir, llorar y también reír. ¡Pero si somos iguales!.        Si también nos encanta un asaito como a ustedes, un tintito o una cazuelita. Yo también me lavo los pies, la cabeza y el pelo, igual que todo el mundo.No podrán decir que soy flojo pero, le hago harto empeño a mi trabajo, aunque a veces no tengamos tantas cosas porque nadie lo tiene todo. Los demás piensan que estamos acostumbrados que nos den siempre, pero no, nos ganamos el sustento con el trabajo serio y resposable. Como ustedes. ¡Si somos iguales!.
Estudiamos, nos formamos, nos preparamos siempre; nuestro trabajo es el servicio. Por ello agradecemos cuando alguien nos invita, apoya, saluda y reza por nosotros. 

No somos perfectos, nos faltan cosas pero tenemos un amor desmesurado al Señor. Por algo ¡lo dejamos todo!
-Lo observo y lo entiendo mejor. Es que esta vivencia de tres días me ayudó a entenderlo, comprenderlo y quererlo mucho más-
Gracias paisita!                                                                                                                                                                                                                             

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