domingo, 15 de septiembre de 2019

* -El servicio tiene que ser óptimo siempre....




-Buenos dias amigo paisa, vengo llegando de unos dias en la costa, intenté ubicar a nuestro curita amigo, que tantas veces nos apoyó en el movimiento cuando trabajaba en Coya y Los lirios, el Padre Desiderio Morales pero no lo encontré, estaba enfermo en la capital de manera que le pido se acuerde en sus oraciones por su salud.
-Por supuesto! siempre hay que tenerlo en cuenta, pero dígame que tal este viaje a Viña y alrededores.
-Siempre hermoso recorrer, hay cambio de ambiente, de paisaje y de sorpresas. Ahora le cuento que tuve la oportunidad de almorzar donde los peruanos en pleno centro, todo me gustó: el local, la decoración, la atención, los platos y la ubicación. Como siempre teníamos una picada en el Puerto pasamos otro día a hacer viejos recuerdos: el local-el mismo viejo de siempre- la atención deficiente- los platos- reguleques, el mozo se enojó cuando pedimos el menú del día, se volvió a molestar cuando pedimos agua o jugo, también cuando le pedimos la cuenta, otrosí cuando quisimos pagar con tarjeta. ¿Qué le parece? Aparte de lento, regular presentación, mozo antiguo y poco incentivado le agrego que la mesa estaba coja y nosotros la arreglamos con una tapita de la bebida. 
Me queda una duda: si el gremio y demás no se preparan para enfrentar la competencia en atención, los platos "artísticos", mejor elaborados, la sonrisa y juventud de estos muchachos del Rímac, creo que perderemos clientela, diremos que "nos vienen a quitar el trabajo" y varios cositas nacionalistas pero antiguas. Aquí puedo decir que los extranjeros la llevan y no podemos hablar de atropellos cuando nos están enseñando a ser mejores y retener a la clientela con calidad, servicio, atención y una sonrisa.
La misma idea paisita es para los católicos, cristianos comprometidos, servir mejor, acoger, ser más cercanos, atentos, atender con "cara de cueca": ALEGRES, CHISPEANTES, CONTENTOS Y EN SON DE CONQUISTA.
-Mi paisa quedó conforme ya que una sonrisa me despidió para ir a la fonda.  ¡Viva Chile!

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