Había una vez, en un pequeño pueblo ubicado como a cien kilómetros de la capital una pequeña oficina con su título en una placa en la punta de una esquina que decía rinbonbante:.".banco", donde me contaron esta pequeña historia:
Buenos tiempos aquellos, cuando más jóvenes estábamos siempre inventar algo para alegrarnos el almanaque; el hecho de compartir todo el día trabajando entre estas cuatro paredes de la oficina "nos obligaba" naturalmente a ser "más creativos" a la hora de planear la nueva talla que nos alentará a continuar la alegría de esa jornada.
Llegaron las instrucciones para renovar el puesto de "Delegado de Personal de la Oficina", ustedes saben que era el "puente" entre los colegas-el recurso humano y el ejecutivo de la oficina". Reconocido entre sus pares era como el organizador de los eventos de la vida diaria de todos los integrantes, cobrar la cuota de algún encuentro fortuito, hacer el discurso respectivo y los contactos para una buena relación de todo el personal.
- Con diligencia y alegría se organiza este importante acto eleccionario. La convocatoria a participar en la tarde 17 horas. Hay una sola postulante, recae en la más polular de las mujeres: "la famosa chica"- dicharachera, simpática, buena para el bailoteo y de quien nunca pudo decirse que falló en un evento.
Ella no postula; como que no le gusta. De verdad no está segura pero el pueblo le pide que los represente..."te vamos ayudar, no te preocupes, le dicen todos, por ello es que debe aceptar, que tienes el respaldo de todos para hacer juntos una buena labor. Hay que "confiar en la decisión de las urnas le agregan" y es bueno contar con una coleguita y que aportará alegría.
Uno a uno empiezan muy serios a emitir su voto en la urna instalada en la oficina del Agente, quien, por su gran investidura otorgaba seridad y transparencia al acto eleccionario. Terminado el plazo se procede a la apertura de la urna e iniciar el escrutinio. El primer voto indica inequívocamente la preferencia: "Chica". Se producen altercados ya que unos pedían anular el voto y otros que no era posible pues expresaba, decían, claramente la intencionalidad clara de la preferencia. Para mayor abundamiento, se emplaza al jefe de la sucursal esta duda y responde escuetamente que el voto es válido dada la clara intención del voto, precisó.
El escrutinio continúa y no hay sorpresas: la abanderada de todos obtiene todas las preferencias sin contrapeso alguno. Hay aplausos y gritos de todos, miro a la candidata y la noto muy sorprendida, atina un tanto colorada expresar que piensa que no está preparada para manejar los destinos del futuro del personal pero que no puede desoir la votación menos esta mayoría absoluta de todo el personal." Habrá que apechugar se anima a decir." y el jefe a nombre de todos la felicita en un apretado abrazo, sellando con broche de oro la justa.
Nerviosa aún llega a su casa. Vá con nuevo sentimiento, ¿cómo todos votaron por mí? nadie se atrevió a compartir los votos. De verdad es el pueblo quien tiene la voz en este momento. Es el designio y elección de sus pares y todos la apoyaron.
¡Ela! ela!, grita muy contenta a su hermana quien trabaja en otra sucursal. Te cuento que me eligieron delegada de personal en votación increíble y unánime!
-pero...responde Ela
además te agrego "nunca se había producido tal... "
---pero.....
así que guachita, no me quedó más que aceptar y voy apechugar; todos estaban por mí, y te cuento Ela, yo siempre quise que cambiaron al tipo que estaba antes, ¡no hacía nada! era puro chamuyo, ahora te agrego, tengo varias ideas que....
¡pero chica! lo que te quiero decir es que las elecciones se aplazaron para el miércoles próximo, lo avisaron en la mañana!
PLOP! que profunda decepción! y todos se prestaron para la farsa, yo ya había aceptado (por eso los veía tan contentos a todos, que verguenza!)
la representación fué breve, casi un día delegada representando al pueblo unido que nunca será vencido...como nunca.
y la verdad, me decían mis fuentes "no escuchamos discurso alguno, menos arenga, pero lo justo es justo; no nos habló en treinta dias y se olvidó totalmente de los sueños reinvidicatorios del amado pueblo del bech".-he dicho!
no, no hay salud!.
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