miércoles, 6 de enero de 2021

Que la estrella nos guíe siempre...

 


  MI NIÑO DE BELÉN
   Hoy te decimos: "Hemos visto surgir tu estrella y venimos presurosos a adorarte"... a entregarte nuestros regalos, como un día los Reyes Magos lo hicieron. Ellos te llevaron oro, incienso y mirra, nosotros queremos entregarte nuestro corazón, nuestras oraciones y nuestra compañía. Ayúdanos para que estos regalos no sean solo este día, sino que sepamos tomar nuestra cruz  diariamente y seguirte, que oremos con fe y que todo lo que demos sea de corazón.
   Gracias por manifestarte a las naciones como nuestro Salvador, por guiarnos para poder un día contemplar la gloria de nuestro Padre Dios.
                                                  AMEN.
  BUEN DÍA.
     FELIZ Y BENDECIDO MIÉRCOLES.

 

Cada 6 de enero se celebra el día de los Reyes Magos. En esta festividad se recuerda la adoración de la que fue objeto el niño Jesús por parte de los tres Reyes, como signo del reconocimiento del mundo pagano de que Jesucristo es el rey y salvador de la humanidad.

Este día es uno de los más esperados por los niños, dado que son los más pequeños del hogar los que suelen recibir regalos y las familias aprovechan para reunirse y compartir.

Muchas historias se han tejido en torno a esta festividad y de sus identidades. De acuerdo a la tradición de la Iglesia, los tres Reyes Magos se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar.

Se dicen que fueron tres visitantes extranjeros que, tras el nacimiento del niño Jesús, acudieron desde otros países para rendirle honores y entregarle obsequios de una gran riqueza simbólica como oro, mirra e incienso.

Los reyes son relacionados como hombres poderosos, nobles y sabios, posiblemente monarcas de naciones del oriente al Mediterráneo, y que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento del hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios.

Por tradición, en algunos países los tres Reyes Magos forman parte del pesebre junto al niño Jesús, la Virgen María y San José.

Hasta el año 474, aproximadamente, los restos de los reyes estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante de Oriente.

Posteriormente, fueron trasladados a la catedral de Milán, en Italia, para luego ser llevados hasta Colonia, Alemania, donde permanecen hasta la actualidad.

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