domingo, 19 de abril de 2020
Buen Domingo
REFLEXIÓN DE MONSEÑOR FABIO MARTÍNEZ, ARZOBISPO DE TUXTLA GUTIÉRREZ, PARA EL EVANGELIO DEL DOMINGO 19 DE ABRIL 2020. (Jn 20, 19-31).
**SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA**
San Juan Pablo II fue quien en el año 2000 instituyó el Segundo Domingo de Pascua como el Domingo de la Misericordia; es un llamado a los fieles seguidores de Cristo para que nos decidamos a vivir en santidad.
Nuestra experiencia de vivir en la fe al encontrarnos con Jesús vivo y resucitado, tenemos que manifestarla en nuestros ambientes con una gran alegría y testimonio de servicio, para que quienes nos vean, se den cuenta de que Jesús está vivo y que actúa en medio de nosotros.
A pesar de los problemas cotidianos, de las tempestades que ensombrecen nuestras vidas, e incomprensiones de que podamos ser objeto, confiemos en que el Señor está vivo y está con nosotros, no dudemos como lo hizo Tomás, confiemos en la promesa del Señor:"Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo".
El evangelio de hoy es un gran "llamado a la fe" para hacer a un lado todas esas actitudes y exigencias de quienes quieren pruebas más objetivas y palpables de que el Señor resucitó.
A Cristo vivo lo encontramos en su Palabra en el Evangelio, en las Sagrada Eucaristía, en la que él se nos entrega en cuerpo, alma y divinidad, y también está presente en la convivencia en nuestras comunidades, porque quien las mueve es el Espíritu Santo, él es el alma y protagonista. No nos apartemos de la comunidad como lo hizo Tomás, el Señor está y actúa ahí. Nosotros somos sus ovejas, él es nuestro Pastor, reconozcamos su voz y sigámoslo.
Jesús Resucitado nos invita a vencer nuestros miedos y a que confiemos en él, como lo hizo con los apóstoles, "sopla sobre nosotros y nos envía al Espíritu Santo para lanzarnos como sus discípulos-misioneros a dar testimonio de su amor y misericordia.
Jesús nos ofrece sus manos para que lo toquemos, nos encontremos con él y nos abandonemos a su amor. Sale a nuestro encuentro, quiere que no dudemos como Tomás, "quiere que tengamos fe" para que no nos tenga que decir:
《DICHOSOS USTEDES QUE CREEN SIN HABER VISTO》
OREMOS...
DIOS DE ETERNA MISERICORDIA,
Que reanimas la fe de este pueblo a Ti consagrado con las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, y así comprender mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la sangre que nos ha redimido...
Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como manantial de misericordia para nosotros, en Ti confío.
AMEN.
BUEN DÍA.
FELIZ Y BENDECIDO DOMINGO.
FELIZ DÍA DE LA DIVINA MISERICORDIA!!!
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