Al “pitufo”de la oficina le gustaba la chiquilla, la Xime, y como cada dia acudía a hacer el depósito del negocio de don Feña, aprovechaba la ocasión. Y de una u otra forma se acercaba a saludar y conversar con ella. Motivo suficiente para emplear e inventar la triquiñuela de que ella quería con él………y como que parece que sí….¿o nó?.
Así se estaban dando las cosas con el ilusionado y entusiasmado amigo y le confían a la muchacha que un buen regalo serían esos masticables que le encantaban tanto y que podría prestarse para una buena talla.
Dicho y hecho, era una verdadera orden. El, sorprendido atina solo a dar las gracias mientras se hecha un riquísimo carameloo a la boca imaginando quizás los dulces besos de ella…….
Al cabo de un rato tenía toda la boca manchada……
-Oiga!, que le pasa….vaya a mirarse al espejo….que comió iñor?
Que profunda desilución!, los dulces se han transformado en la mejor talla de los últimos días. Lamentablemente con agua no sale a menos que sea tibia.
Ohh tremendo desengaño! …la vida es triste!!
Ohh amor, que ingratitud mas grande!
Y yo que pensaba que era plenamente correspondido (menos mal que no me pilló “la bruja”)
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