En Rengo se produce una avalancha producto de las nieves derretidas que colapsaron los cauces de canales y rios …..
Las calles del centro eran de verdad un rio que corría a toda velocidad arrastrando hasta lo más inverosimil entre sus aguas……refrigeradores, sillones, bancas, puertas, palos, utensilios, animales…..
La única manera, más segura era recorrer a caballo su nuevo cauce, cuidando de no caer en un orificio o los normales cierres de veredas y prados. De repente vemos allí a nuestro buen amigo JORGEM en una “verdadera alegoría echa fotografía” recordando este desastre de la naturaleza.
Como no llegó al trabajo, enojado el jefe le llama la atención a su oficina al día siguiente cuando apareció como un moderno Noé “salvado de las aguas” para saber el caudal y fuerza de este fenómeno y aún medio enardecido atina a disparar….
-Dígame entonces: ¿hasta donde le llegaban las patas del caballo?
(ose la profundidad de las aguas pero dicha media cantinflesca…)
a lo que el ….”zombeca” responde sin raciocinio alguno pero instantáneamente:
-“hasta el suueeeloooo!”
para una pregunta rara, la respuesta loca...
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