Juan, nuestro jefe administrativo tenía muchas historias y “salidas”que salpicaban el diario trabajar, una sonrisa permanente que alivianaba tremendamente el horario de trabajo.
Muy dado a crear nombres y apodos a los trabajadores ya sea por la apariencia o por lo que fuera en verdad, pero tenía la chispa creadora.
Para "Jorgem", hizo las veces de jefe pero también de padre. Preocupado, atento, intentó enseñarle con cautela y simpleza como cuidar el dinero, ser cumplidor con los horarios y tareas, colaborar con el compañero de trabajo atrasado, diligente y, en fin de todo un poco. Cariñosamente lo bautizó como “Zombeca” y en cada momento lo llamaba: “zombequita aquí, zombequita allá, haz esto, anda allí, trae esto otro” lo miraba y lo veía contento con esta familiaridad y cercanía en medio del trabajo.
Un buen dia, después de tantos mensajes de aquí para allá lo vemos sonriendo, pero le comentamos “en buena”:
- Oye- tanto que te "chuletea" tu jefecito Juan. Tanto que te nombra y llama "que zombeca aquí", " que zombeca allá….", no te sientes molesto?-o un tanto ofendido?.
-Bueno, yo no le encuentro nada raro, es cariño y también familiaridad, creo yo.
Pero , ¿tu sabes que significa “zombeca”?
Se pone a pensar y no atina a responder…….
-Nooooo, pero, ¿qué significa? (con una candidez increíble)
-Fácil po! Es………. cabezón! Pero al revés……
-Ahhhhhhh! (profundamente desencantado)
