A ver a ver, atención por favor; pongámonos de acuerdo mejor: son dos de camarones, tres de aceitunas y champiñón, dos de loco y tres de mechada...¿bien?
Emociona el paisaje, allá divisamos el mar, el tiempo de conversa y unión, la gente, los bañistas; estamos en casa descansando y vemos y admiramos el perfume, mirar las caras; cada uno tiene muy claro el sabor predilecto y ven caminar al viejito que trae las sorpresas sabrosas,,,
¡Ah! son las empanadas playeras!! por fín chambeques! A saborear y gustar la amistad y este momento.
Para mí volver al balneario es regresar a la vida de mi niñez: Era en Pichilemu y compartíamos con la familia, hoy vamos a otro lugar al norte y es revivir aquellos tiempos magníficos. Aún recuerdo la sencillez, saber gozar de las maravillas de la naturaleza, el sol hermoso y brillante que nos alumbra, luminoso cada día, el mar -que tranquilo nos baña- y su eterno y mágico movimiento mostrando eternamente que está vivo y nos alegra, refresca cada oportunidad y la maravilla de la tarde al despedirse con esa tremenda e inolvidable en la puesta del sol.
Viene pronto volver a las playas...
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