Este es mi emprendimiento: jubilé del Banco y me debo inventar, tengo nuevas y buenas ideas amigos, espero "pegarle el palo al gato". Total, ahora tengo que ganar algo extra con seguridad y trabajo.
¡Soy un agricultor!
Quise aprovechar la oportunidad de ser un creativo y apasionado agricultor nuevo. Trabajé duro hasta lograr mi primera cosecha, preocupado para obtener el mejor precio de mercado y sin intermediarios que ganan sin hacer casi nada. Contento cargué mi camioneta con mis primores productos: mis perfumados, hermosos y sabrosos melones.
Mi viaje era una fiesta, sacaba cuentas alegres, cuanto lograría obtener con mi primera inversión; sería el premio al trabajo, esfuerzo y también de la fe.
Más que el dinero, era la importancia de sentirme realizado, obtener un reconocimiento como "master en ventas", manejar la oferta y la demanda. También aprender a descubrir las necesidades de la gente para iniciar otro nicho, otro negocio.
"La vida me sonríe, me siento útil, realizado con mi proyecto que me hace contento y recibo un dinero a cambio.
Llegué a la feria por fin y me instalo tranquilo, como si lo hiciera cada semana con mi oferta. Los presentes me miran disimuladamente y ¿pueden creer que durante una hora no vendo ni un solo melón? Apenas unas consultas pero sin ningún interés, deduzco que lo hacen por pura envidia al constatar mis hermosos productos.
A las tres horas se me acerca un viejo zorro, agricultor típico; en sus caras y manos descubro que es un tipo de trabajo que busca mercadería: "harto lindos los melones, Y, a cuánto patrón?
Por fin un interesado, entiendo que es la etapa de negociación, respondo, usted ve la calidad, y el precio es...
-un poco caro, no cree? pero hagamos cuentas y hagámosla corta, le doy equis , por todo..."al barrer", aproveche. Tengo el camión reparando a la vuelta de la esquina y me voy en una hora. Saque sus cuentas y me contesta.
Tiene razón el anciano, llevo tres horas sin vender nada, la oferta no es super que digamos, pero vendo todo y podría regresar ya mismo. No pensaba que sería tan poco la ganancia pero para ser la primera experiencia, viendo el mercado, no puedo volverme rico del comienzo.
-Ya bueno, vendido amigo. Lléveselos.
-Bien, voy a buscar la carretilla para el acarreo y le pago al final jefe.
Y empiezan los viajes: 1, 3, 5, pacientemente hacia la esquina en pos del mentado camión que están arreglando. Después de un rato veo con alegría como bajan mis productos exclusivos; ya me iré a casita a descansar, veo que le queda la última, terminan los viajes. Lo primero un buen trozo de carne y huevos con su tinto especial para celebrar.
Pasan los minutos, tres, cinco, y más. Algo pasa, quedamos en la espera del billete, quizás junta hasta las chauchas el pobre o...
Con un cierto presentimiento, camina a la esquina para ver el poderoso vehículo. No se divisa un alma (esto es muy extraño)
Todavía lo espero, me recuerdo del dicho "pastelero a tus pasteles", quedé un tanto preocupado...¿Qué le habrá pasado al caballero?.
Fernandiu