sábado, 3 de febrero de 2024

Subir escalas, siempre será posible


 

 

 

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En Sewell recorríamos escalas, lugares de materiales, puentes, túneles, estación, teatro, juegos y mucho más; guardo en mi mente y recuerdo que debajo de las escalas habían unos bolones que se usaban en la molienda para  empezar el proceso del cobre en los molinos, pero no nos servían para jugar a las bolitas ya que eran inmensos.También había numerosos materiales industriales que no sabíamos sacarle provecho.

Tengo muy claro un muro grande que servía de contención de los planos de esta ciudad de montaña, tenía unos huecos para intentar escalamientos, imaginaba yo; colocabas el pie en los inferiores y las manos en los superiores y empezar la gran aventura. Allí invité- sin darme cuenta cabal que siendo niños no todos podrían subirlo. El Tito, familiar cercano que vivía pasado la Iglesia de Sewell había sufrido de esta enfermedad tremenda del polio-y claro, no estaba en condiciones de subir y asegurarse el regreso. No lo imaginé, no lo pensé. Menos mal que a última hora desistimos de iniciar esta aventura que habría podido resultar muy peligrosa. 

Hoy han pasado muchos años. El "Tito" no está pero recuerdo su sonrisa, su interés y su conversa. Lo recuerdo en el último piso del Camarote 40 de Carabineros el que junto a la "Quebrada del diablo" hoy no existen como numerosos otras construcciones.

 Era fan de su padre Don Roberto, muy unido a su madre doña Verónica, le habría gustado hacer el mismo trabajo del padre: ser carabinero. A su hermano lo nombraba como como "el discretito" que pasaba en la calle, saliendo y recorriendo las amistades, bueno para el pool y hacer rifas truchas con el Pinpín. Pero el Tito gustaba escribir cartas y leer y en el tiempo que me fuí al trabajo al sur, la ciudad de Victoria mantuvimos una nutrida correspondencia que fuera para mi de gran compañía.

 Fué bondadoso con sus cosas, las revistas, la radio que escuchábamos programas de onda corta, los comentarios y también con su dormitorio, me lo ofreció gustoso con tal de verme contento: Oye, yo no lo ocupo...dále no más.. Se sorprendió con la fonomímica que yo hacía en aquellos tiempos de veladas en el Gimnasio del Colegio Murialdo: Era ver  a Doménico Modugno con la guitarra haciendo el inicio del tema de moda: "Ojalá". A la salida discutió con su papá acerca de asombrado ¡cómo el quico tocaba la guitarra y cantaba tan bien!, haciéndolo incluso en italiano (que debería manejar en el colegio de los curas de la bella Italia). Nó, lo que él hace le decía su hijo el Tito hace las veces que canta y toca pero es el disco. Miren que el disco, yo lo ví, el tocó y cantó y a mi me gustó, mire que imitaba..yo lo ví!.

Ahhh! Sewell, el dato dice que tras ocho años de gestión este campamento minero ubicado en la cordillera de los Andes a 2.140 msnm y distante unos ciento cincuenta kilómetros de Santiago ingresó a la lista de Sitios del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Sewell nuestra hermosa, increíble e inolvidable ciudad hoy está deshabitada pero, sus miles de escalas nos dejó su recuerdo, historia y empeño: que la vida puede ir cuesta arriba pero siempre con entusiasmo y buen  ánimo podemos subir siempre. Cuesta, siempre será difícil pero será el mejor recuerdo de aquellos años en nuestras vidas de volver a subir las escalas del recuerdo;  aunque cada dia que pasa cada dia seamos muchos menos que quedamos de las casas de la montaña, la nieve, la ciudad y el trabajo.

Inolvidable siempre serás SEWELL!

Caqui



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