El precursillo es complicado, largo,
Hay que conocer muy bien al invitado. Hay
varias maneras para hacerlo para lograrlo. La clave es conversar; invitarlo a
una taza de café, compartir una espera de algún servicio, saludarlo, saber de
su trabajo, casa, familia, amistades. Los gustos y detalles de su vida. Hay en
verdad un mundo por descubrir. Haciendo estos recuerdos me recordé de mi amigo Lucho V. que conocí en mi
oficina por allá en San Miguel muchos años ya. Un amigo sincero, sencillo,
atendía al público con tacto, alegría y entusiasmo. Siempre decía que tenía la
gracia de alternar y atender bien al ´´público que en aquella oficina era
numerosa y complicada. Estaba de novio, estaba muy decidido a dar el paso en su
vida. Un día los invitamos al departamento para que se quedara ya que como
teníamos una manifestación a una hora de la noche no disponía de movilización
para su lejana comuna. La fiesta estuvo muy bien y a una hora prudente llegamos
para descansar. Todo lo que lo conocía se me olvidó en minutos. Estaba bueno
para hablar, se reía ruidosamente y cuando nos llamaron la atención los vecinos
se indignó y sacó un revolver para callar a los desgraciados que intentaban
acallarlo, que no entendían la alegría
que estaba sintiendo. Tuvimos que luchar hasta quitarle el arma. Exhaustos por fin lo dejamos
dormir en mi cama y estaba sorprendido por el tremendo cambio por tener un
traguito en el cuerpo y estaba totalmente cambiado :”por favor, que cristiano con más fuerza”- pasó esa
terrible noche y al despertar había hecho la clásica gracia en la ropa de mi cama, todo embadurnado y sucio. Sí fue
Inolvidable yo creía conocerlo y me aseguraba que era un señor o caballero,
pero me dio una gran sorpresa.
Conocer es alternar, entender, apreciar y saber que mi candidato irá a vivir este giro de vida para siempre en las mejores condiciones.
Un abrazo
Caquis 2020
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