¡Pobre del cuenta correntista que se equivocara en considerar los valores depositados como dinero disponible, de no rebajar la venta de cheques de su saldo o de otro movimiento que entorpeciera el saldo disponible del día! De inmediato era una “invitación a la oficina” para hacer presente tal desaguisado económico que contravenía las prácticas de una sana cuenta corriente, cumpliendo con las disposiciones de la Superioridad y de la Superintendencia de Bancos de Instituciones Financieras.
Y hé allí a mi buen amigo Mario, un joven simple, trabajador como pocos, pero que salía sorteado para este “super martes”:
-¿me llamaba don Pablo?-
- si, tome asiento iñor, le quiero contar que he estado observando su cuenta esta mañana y le faltaba dinero.
-¿me llamaba don Pablo?-
- si, tome asiento iñor, le quiero contar que he estado observando su cuenta esta mañana y le faltaba dinero.
-Si, me faltaba plata señor.
-Pero que le dije la otra vez-
-Si, usted me dijo….
-Que no podía girar en descubierto…
-Si, que no podía girar sin los fondos….
-Y que le iba a cerrar la cuenta…..
-Y que me iba a cerrar la cuenta.
La entrevista podía resultar muy larga y monótona ya que el tenor era exactamente el mismo. Uno presentaba la queja y el otro refrendaba todo sin variación alguna.
Detrás del tabique, nos apretábamos la guata escuchando la interminable cantinela- ya que era igual que escuchar una voz y su eco……
¡Inolvidable Mario! era como el actor y su muñeco que nos hacía revivir extrañas, jocosas y divertidas situaciones-
Hoy las recordamos con una rica sonrisa de aquellos brillantes y cariñosos años.
¡Inolvidable Mario! era como el actor y su muñeco que nos hacía revivir extrañas, jocosas y divertidas situaciones-
Hoy las recordamos con una rica sonrisa de aquellos brillantes y cariñosos años.
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