¿Y la epidemia de colesterol?
Su nivel de colesterol no tiene nada que ver con su pronóstico respecto a las probabilidades de tener infarto de miocardio, y la mayoría de dichos infartos se dan en personas con colesterol normal o bajo. Además, los tratamientos para bajar el colesterol sólo son eficaces en las personas que ya tienen problemas coronarios, en todos los demás casos el tratamiento es inútil y perjudicial. No se mida el colesterol, sea feliz, porque ser feliz y optimista añade ocho años de vida. Y practique la dieta mediterránea, que no consiste en tomar aceite de oliva a cucharadas, sino en poner un mantel, cubiertos y tener compañía: no coma delante del televisor. Y si está embarazada, disfrute.
¿Demasiadas ecografías?
Sí, y no están justificadas, ni los suplementos rutinarios de hierro y yodo. Estados Unidos, que es el país más intervencionista y el que más dinero gasta en la atención al parto, ha triplicando su mortalidad.
¿Es verdad que se muere por exceso de atención?
Sí, los pobres mueren por carencia de atención y los ricos por exceso. Un tac son 750 radiografías en un adulto y el doble en un niño. La radiación que recibió la población en Japón en la Segunda Guerra Mundial equivale a cinco tacs. ¡Ojo con los chequeos!
¿Y las vitaminas?
En los países ricos, los complementos vitamínicos son como mínimo inútiles y en muchos casos perjudiciales.
Para defendernos de la invasiva industria farmacéutica envía tu adhesión a:
plataformaicmi@comunicar.e.telefonica.net
Plataforma Internacional contra la Medicalización de la Infancia
Juan Pundik
Presidente