lunes, 8 de julio de 2013

- * Y... ¿si invitamos a Los Panchos entonces....?

 

Por fín se terminaría el invierno y divisábamos al prometedor Septiembre lleno de luces y promesas allí a la vuelta de la esquina. Teníamos el entusiasmo de la celebración del banco. Un nuevo año y había que festejarlo en forma. Aquel día ameritaba entonces una vuelta por la famosa “ciudad perdida” de Rancagua a gustar un especial mosto- era la única y exclusiva picada de todas las instituciones de la ciudad. Un pipeño era el inicio de una larga conversación, el ambiente era inmejorable. En esos momentos aparecen dos tipos con su guitarra cantando románticos boleros y tonadas chilenas. Fue de improviso....¿y si invitamos a estos músicos a la fiesta aniversario? Así en un tris nacieron “Los Panchos de la ciudad perdida”, ya teníamos un número para amenizar la fiesta después fuimos agregando otros más músicos a quienes bautizábamos con un nombres novedosos: “Totó y su órgano”, “el violín gitano” y de verdad todo prometía. Faltaba poco para realizar el baile y nos preguntaron las colegas que les diéramos detalles de los números artísticos que teníamos: no vayan a salir "dos viejos piñiñentos con una guitarra"- pero, ¡cómo pueden pensar en eso! Habrá orquestas percursión hasta trompetas. Como es sorpresa los verán el día del aniversario.
Hasta que llegó la fecha esperada- había un ambiente espectante y la música cumbiera dejó lado al romanticismo y he allí los dos afiatados amigos cantando “reloj, no marques las horas.........mientras con el Rigo admirábamos las caras de las Barros y compañía sorprendidos pero todo el mundo coreaba “la puerta”, “obsesión”, “no me platiques más”.
Cuantas veces nos sucede que nos dejamos llevar por la apariencia y no descubrimos la novedad de las cosas simples de la vida.
El tiempo pasó. No los volví a encontrar pero descubro una imagen de uno por lo menos para recordar esta cariñosa fiesta de antaño que nos alegra de verlo con su guitarra haciéndole empeño en lo que le gusta y goza. Un buen saludo estimado amigo LUIS RIQUELME- que muchas personas puedan apreciar la alegría y autenticidad de sus canciones.



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