Normalmente
uno acude por razones de salud a la que llamábamos Caja de
Previsión Bech, en la calle del Almirante, allí en la capital.Ahora, en
el “júbilo de la vida” uno recuerda muchos años de labor y pese
a ello siempre nos queda guardada en la retina las imágines de la
gente que tuvimos la suerte de trabajar y conocer. Así que de
improviso quedo mirando a alguien que están en las mismas funciones
de sacar el bono. Lo reconozco fácilmente pese al tiempo
transcurrido- que no sé cuanto. Nos damos un abrazo e intento de
hacer actualizaciones para el disco duro (rápido, actualizando tanto tiempo).La vida transcurrida, la
familia, los problemas, la jubilación quizás, los... que se yó,
intentar recordar en minutos la vida que pasó frente a nosotros y
que no nos veíamos. Salimos con la generosa conversa caminando hacia
la esquina cuando de repente aparece el tercer integrante de aquellos
años de la gloriosa e inolvidable Oficina Santiago San Miguel-mi
amigo el “Gato” Acosta. Intento interrumpir en el medio de la
conversación, entre tanta y festiva cháchara para preguntarles:
“chiquillos”.....¿
tienen por casualidad ustedes claro desde cuando que no nos veíamos?-
por supuesto indica Juan- me casé ése año, después tú te
marchastes al sur por cambio de oficina y de estado civil, estabas de
novio y desde allí son exactamente....:cuarenta años. (!).
En
ése trayecto puede pasar toda una vida; y algo más
pero
¡cuarenta años es mucho tiempo!-así no más es- pero reecontrarse
es realmente ¡fenómeno!, es volver por unos momentos el tiempo
atrás.Así en pocos minutos se desgranan los principales
acontecimientos de toda la vida. Familia, hijos, nietos y todas las
novedades importantes. Quedo pensando en lo hermoso que resulta
encontrarme con mis amigos y como debo partir al bus les digo la
frase habitual: “por favor dénme su correo electrónico para
seguir conversando”. ¡Craso error! La respuesta fué instantánea:
por ningún motivo tengo esa cuestión, quedé después de tantos
años más arriba del paracaidas, no tengo ningún interés de
meterme al computador. Allí me di cuenta que a todo el mundo no le
gusta el facebook, hotmail, yahoo u otras redes sociales, más bien
las consideran “antisociales”, ya que nada va a reemplazar una
conversación franca cara a cara, mirándose a los ojos y contando tu
vida sin ensayos ni mentiras. En cierta manera les encuentro razón.
Ahora sí que estoy seguro que ni sabrán que hoy a través de este
blog estamos haciendo un recuerdo gracioso a todos esos años de
amistad, de tantos personajes, del trabajo, en una palabra de......
vida.
Gracias
por su amistad amigos! Nunca voy al olvidar la apretada oficina, el
mar humano de los profesores de la Escuela Japón, de ésa montaña
de cheques, de los almuerzos y desayunos a primera y última hora-la Bernarda y cia. De
lo duro del trabajo, horarios, sin comodidades pero con una unión a
toda prueba.
JUANITO,
GATITO- “estanos al habla algún día, algún tiempo antes de
cuarenta años más”
ENRIQUE
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