BUROCRATA
ARISTOCRATA
Normalmente
aparecen en nuestras oficinas típicos personajes que aportando su
propia realidad propician una sonrisa alivianando el diario trabajo,
insuflando la brisa oportuna dejando el esperado respiro.
Nombres...varios:
los magos, equilibristas, trapecistas,
que
lograban con duro esfuerzo cubrir los documentos que a veces se
juntaban, viajando- en aquel tiempo por esta loca geografía,
provocando intespestivamente el saldo en rojo de la cuenta corriente,
lo que desataba la famosa gimnasia bancaria interminable, para
lograr llegar a las 14 horas –en azul.
Pero
éste especimen era totalmente diferente: con un aire de nobleza,
alto, espigado, de escasa cabellera pero larga en la parte
posterior, le otorgaba ciertamente un aire de burgués. Su traje
raído, mostraba una apariencia que creánlo o no, guardaba un
curioso aspecto de dignidad. A usanza de maletín de negocios ,
portaba un conjunto de cartones que ordenados unidos a una férrea correa,
daba la impresión que regresaba de un largo viaje quizás de dónde.
Unas artesanales chalas cubrían sus pies, le daba un aspecto
monacal.Bajo su brazo derecho un voluminoso sobre con una infinidad
de documentos que debía presentar en cada entidad de la ciudad,
siempre recorriendo oficina tras oficina para su revisión , visto
bueno, toma de razón, firmas, timbres que en distintos colores y
figuras.
Era la
típica escena de un dia cualquiera que de improviso abriendo la
puerta hace su entrada oficial; serio, recto, impertérrito,
impenetrable e imperturbable. Con su maletín de cartón y el sobre
oficial, aguardaba respetuosamente su turno de atención. Todo el
mundo tenía claro que había que atenderlo prontamente para que
siguiera la eterna vuelta de documentos oficiales visados una y otra
vez para algún beneficio misterioso. Había que hacer un rápido
chequeo firmar en el espacio en blanco que iba quedando y estampar el
necesario y consabido timbre. A veces y dada la importancia de tal
documento y dependiendo de la procedencia: el servicio de impuestos,
el sermena, la Municipalidad, el Colegio, la posta y el correo, se
hacía necesario más de un visto y más de un timbre. Así era una
festiva colección multicolor de sellos, de timbres y firmas que ya
lo quisiera un fanático de cualquier artista.
Su
requerimiento era muy siemple: -Señor, por favor, necesito la
visación de este documento.
-Por
supuesto estimado señor ¿de dónde proviene esta vez?
- Del consejo local de deportes.
- conforme reviso firmo y timbro.
-es
usted muy amable señor ¿dónde me corresponde ahora?
-Por
favor acuda al correo.
Esperanzado,
ordenaba las múltiples hojas con sumo cuidado, el típico sobre café
del Banco y se iba, sin desmayar, sin desmoralizar a continuar con su
interminable visación.
Esta
simple visita nos regalaba una sonrisa , pero también nos hacía
pensar-un tipo pobre, medio loco,recorría nuestras vidas tras una
quimera y descubríamos en el balance que era ciertamente un tipo
feliz, a diferencia de muchos otros; que gozaba del momento en que
vivia; y que pese a todo en su interminable labor sabía, muy en sus
adentros que su tarea, a pesar de su empeño, nunca estaría
terminada.
Quizás
mucho de él guardamos nosotros que vivimos con empeño en algo que
no entendemos pero que debemos seguir haciéndolo.
Talvez somos locos y ni lo sabemos....aún.
Me soprendo aún: año 2012 y volviendo la máquina del tiempo aún lo veo ingresar a la oficina y esperar con una paciencia de santo el turno para llevar los preciosos y requeridos vistos buenos con timbres y firmas que de todas las oficinas de Requínoa, de todos los tipos, oficiales y particulares. Me deja un grato sabor a historia y paciencia. Algo que siempre guardaremos.....¿onofre?
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