SU
MAJESTAD: “EL MARQUÉS DE CASA CONCHA”
Aquel
día llegó el gringo con su paquetito de regalo, meloso, se acerca
al funcionario de cuentas corrientes : cómo está don Humberto? Como
siempre lo estoy molestando le traigo un pequeño recuerdito que
espero sea de su agrado. Todavía recuerdo la escena como si fuera
ayer mismo-toma el paquetitolo va a guardar y vuelve con la cara resplandeciente:
¿sabe cumpa que me trajo?son dos botellas de vino de “El marqués
de casa concha”!- esta debe ser una marca muy cara porque nunca la
había visto, seguro que las mandan a los gringos no más para el
extranjero.
Era
la noticia que faltaba para iluminar el dia-tremendo regalo, bárvaro,
pero exclusivo para los fines paladares de los que saben pero,
compadre...será tanta la maravilla? Será rico, sabroso? O pura
propaganda?
El
minuto de la tentación....terrible, difícil.....yo creo que
------pero con una prueba no
vamos a terminar una botellita y salimos de la tremenda duda que le
erosiona el pecho compadre.
Dos
copitas,y atreverse a descubrir la octava maravilla: que color-rojo
furioso! Sangre de toro digo y mi compadre asiente sin palabras
intentando captar el sabor, el aroma, el cuerpo, la textura-de verdad
el experto somelier sabe que debe apreciarse con los ojos, la nariz,
la boca....hummm....frutos maduros con un cierto tinte a tabaco,
típico del hombre emprendedor...lentamente.como en cámara lenta los
dos expertos escancian el vino....esta pega me gusta!
El
resultado del examen....es de verdad bueno. Valió la pena. Volvimos
al trabajo pero no había caso, hasta que en el cruce de miradas
….vamos? Total un cortito...pero invitamos al cofla?
Va
a ser dificil porque está en la caja (intento no aumentar los
especialistas) pero se arranca un minutito, es que necesitamos una
tercera opinión- ah bueno ya (compungido).
“oye,
te tenimos una sorpresa...pero que tiene que ser altiro!”
en
un dos por tres los tres “técnicos” vacían las copas.....:
fenómeno....si pasa solito y muestra con la mano en la garganta, increíble, se
pasó gracias! por tamaña sorpresa y regresa corriendo al puesto.
El
“cofla” nuestro colega Alfredo, siempre ha sido compañero en las
tallas, en los chistes, en los cantos: “pare chofer”....”que
dijo...? bah..es el tren” y tantas tallas de oficina pero nos traía
la mala noticia que aumentaban los catadores y las dos botellas eran
para recuerdo. Allí se me ocurre entonces a ser proactivo:
adelantarme a los hechos
“¿y
si le decimos al flaco que hay un par de botellas más? Y vamos
rellenando con el vino de caja que hay para el almuerzo? Y, sucede
el...milagro? Tenemos dos botellas llenas...
ahora
el flaco cuando corre va cantando: “nos van quedando tres.....nos
van quedando dos con la música de los diez perritos..contento, alegre.
Linda
y recordada historia.
A
la semana siguiente, almorzando – Humberto invita al experto contar
la experiencia...:
"no me digan nada, que sabor! Que cuerpo !un vino de
verdad parejo! Quizás las dos botelas del final fueron las más
sabrosas, talvez no me quería despedir de ellas.
(risas)
pero flaco, ése es el que te gusta a ti po, eran “cartoné” que
rellenamos para hacerte la talla.
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