Murió
otro de nuestros colegas del banco; con sorpresa y pesar descubrimos que es del grupo de "los viejos estandartes". Las noticias corren rápido, dicen recién
lo tienen en casa, lo llevarán a la Funeraria Rodriguez de Rancagua. Se
llamaba Raúl Marchant Ametller, funcionario del Banco del Estado de
Chile; queda su viuda y dos hijos. No sé cuantos nietos pero muchos
amigos y ex-coleguitas que en este momento hacen su balance de
conocerlo, de acompañarlo en su jubilo y su despedida final.
Alegre,lo
recuerdo en la oficina, muchos amigos y muy conversador. A veces llegando
del almuerzo tipo 15 horas y viendo a la gente trabajando en los
procesos internos y quizás para levantar el ánimo "hacía de tony" y tomaba
la bicicleta de alguien y se ponía a dar vueltas en el hall de la
oficina que parecía más bien una bodega de aviones por la amplitud y
ventanas en lo alto. Todos reían por supuestos y las tallas volaban en
todos los sentidos.
Parece que lo tengo fotografiado en la mente: llegaba Septiembre y dejaba el vestón guardado en la oficina y se lo llevaba al entrar el otoño. Reír con los clientes muchos de sus amigos por años: del estudio, club, bancarios y más.
Me
pregunté de verdad...que me dejó a mí, quizás a varios: qué me enseñó la
pasada por mi vida este colega Raúl: me pareció un hombre de fé, cada
Jueves concurría a Pompeya-contaban; era muy cercano a sus amigos, los que
estaban bien y los otros que a veces olvidamos: los enfermos, en la
cárcel y más.
Y
haciendo ´más recuerdos, de cuando venía Diciembre, el fin del mes de
María yo preparaba un cartelito en la oficina en el diario mural: "
Domingo x de Diciembre vamos al " ROSARIO DEL ALBA A LA COMPAÑIA", con
los datos de la salida al Santuario y su horario- a las 5,30 horas
partiendo en tal lugar. Allí estaba Raúl, Ricardo, Manuel y otros
caminando a primera hora con cantos y rezos. Allí peregrinábamos por la
Ruta 5 Sur y posteriormente en años siguientes, por la variante interna,
dado el extenso movimiento vehicular. La primera parada era en la
antigua Fiat de Rancagua, un alto en el camino para descanso y observo a
los caminantes: Raúl-colorado, Ricardo-transpirando y Manuel quejándose
de la espalda "vengo apenas!" chis! y vamos recién partiendo! yo, un
poco más joven , bastante bien, parece.
Eran
cinco minutos de alto pero veo una pareja sigue sin hacer caso del
alto; los miro, sin son clientes nuestros de la oficina: una anciana madre y
su hijo minusválido, él es alto y camina deforme, y su andar es
lento, oscilante y desordenado pero no se detienen: aprovecharán de
adelantar algo.
Allí
todos sin querer nos miramos sorpresivamente (oye! tenemos de todo:
salud, trabajo, familia, amistades y ya nos desmayamos) ¡que tremenda
diferencia con esta pareja de peregrinos! y nos empujaron a seguir callados y agradecidos.
Se marchó uno más de los nuestros, de a poquito anotamos a: Chago, Pinocho, Humberto, Manuel, Ricardo, Freddy, David, y ahora Raúl- ahora los vislumbro al grupo , a todos
allá en lo alto, "haciendo balances interminables y hermosos, todos cuadrados y ordenados que es una delicia: control de nubes, balance de santos, ajuste de ángeles; todos riendo, rememorando tantos pasajes alegres como los inolvidables "los viernes
bancarios" y recordando los primeros de Septiembre nuestro aniversario coleguitas!, los balances de
ahorro en tarjetas, el ipl, las máquinas de cuentas corrientes, el libro
de control de ingreso y salida, las pruebas de alarmas, el arqueo del
numerario y tanto más.
Ahora, amigo Raúl, descansa en la Paz del Señor acompañamos a toda la familia y los cercanos que te quisieron, celebraron y que ahora te guardan en el recuerdo.
BANCARIOS JUBILOSOS RANCAGUA
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