Recuerdo que en medio del fragor de un partido, uno de los jugadores, "el boca" quien fuera conocido posteriormente como el "calciplas" sintió urgencia por defecar y se refugió detrás de los robustos árboles de la calle-en esos tiempos solitarias- y sin más se bajó los pantalones. Cosa curiosa terminando miró hacia atrás para admirar su obra y dio un tremendo grito: ¡ayy lombrices! asustado comenzó a correr gritando horrorizado ...."la lombriz! la lombriz!" en medio de la algarabía de los jugadores , en aquellos tiempos éramos pequeños, simples, sencillos, la pelota era la máxima entretención y con Manuelito Vera y un montón de amigos compartíamos la pasión de jugar con la pelota; años pasarían y en cada oportunidad que nos encontrábamos era una mirada cómplice, una sonrisa grande y un saludo distinto, me decía.....¿y...? .....¡la lombríz!
Ya trabajando nos encontramos muchas veces y la sonrisa salía automática. Un día me avisan que este amigo de la infancia muere de un ataque al corazón. Dios mío, se desgranan los clochos de la niñez y la ternura." Chóchoro, calciplas, o como te digan amigo, descansa en paz!".
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