Ahora nos tocan las famosas oficinas salitreras,
primero “ Santa Laura” y recorremos sus
centros fabriles; a la distancia pensaba que era solamente un poco de cáscara,
unos pocos restos que quedaban, pero hay mucho más para descubrir; fue de
verdad una industria de esfuerzos, sacrificios y producción increíble, recorremos
los “cachuchos”, los estanques del caliche, la tremenda “torta de ripio”, la
casa de fuerza, y todo lo que la guía en una suerte de documentada memoria nos
va entregando, le agrega sabrosos comentarios que tiene que ver con “ los
enganches ” o el cómo entusiasmarte en
una pega diferente y mejor; las historia del amigo aquel que quedó “empampado”
perdido en el desierto y muchas que mi memoria aunque entusiasta- no retuvo-descubro
y declaro que es un gusto que nuestras autoridades conserven este importante
patrimonio, de que entendamos siempre que todo cuesta en la vida, que todo
significa entrega, y trabajo y que los regalos no corren, ya que el trabajo y
la pasión, todo lo alcanza.
Y vamos al otro capítulo…nos deleitamos con
Santiago Humbestone, sus calles tan bien dibujadas, las casas con
sus piezas, cocinas y baños, la Iglesia, el hotel, el hospital,el teatro, y la mentada “pulpería”, el otrora
supermercado, con su elaboracion de pan, expendio de carne fresca y la
confección de hielo…donde, al igual a nuestros tiempos, no se usa el dinero,
apenas la ficha de las salitreras que imagino precursora de la moderna “tarjeta
de crédito”.
Para leer más de estas historias en el buscador: "Conozca Chile"- "Lo mejor de lo nuestro"
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