viernes, 9 de mayo de 2014

-* PYME: DEBUT Y DESPEDIDA.-






Era Fernando el perfecto comerciante,nuestro colega de trabajo que siempre buscaba algo anexo con que ganar plata. Había pasado por varios rubros intentando de pegarle “el palo al gato”. Una deuda impaga que reclamaba hace tiempo, le dieron la posibilidad de aceptar unos productos ya que la plata estaba escasa: una partida melones-entre perderlo todo, los recibió en su camioneta cargada y se dispuso a su venta, lo que también tiene sus bemoles y detalles.
Decidió lo más sano, partir a la feria a verderlo a la brevedad, dado el momento clave de estos productos, el buen precio que podía sacar, recuperar lo que creía perdido y la posibilidad intacta de desocuparse temprano mucho antes del mediodía.
Pero, para poder vender había que tener permiso previo para instalarse en un puesto, entonces se colocó “a la mala” a la vuelta de la calle ofreciendo la mercadería y cosa curiosa no había demanda menos algún interés. Allí descubrió que no le sería fácil esto de inaugurar su pyme. Habrá que pagar el noviciado decía muy bien nuestro buen amigo. 
Ya corría más del mediodía hasta que llegó su salvador, se presenta un tipo con una carretilla y comienza la negociación que la unidad, que por el ciento, que por el total. Entre quedarse todo el día aceptó un precio poco atractivo pero, en veinte minutos podría irse a almorzar y este calor estaba tremendo y el hambre también.
Empezó el tipo a acarrear con su carretilla al camión que estaba a la vuelta de la esquina y mi amigo veía como lentamente bajaba y bajaba la carga de su vehículo- pagaré la colita que debo y me quedará una ganancia que no la había considerado, decía mientras el tipo acarreaba y volvía, hasta quedar el último montón y el tipo le anuncia -vengo abuscar el resto y le traigo la plata.
Respiro tranquilo, contaría los machacantes y partiría a la brevedad.
Allí quedó esperando, ya se imaginaba la sabrosa cazuela de vacuno con ensalada a la chilena y el buen ají verde, acompañado con ese rico tinto “Macaya” que le haría olvidar parte de su regular debut en las lides de la feria. Dibujaba una sonrisa que al llegar a casa le esperaba el descanso "del guerrero" con la misión cumplida y la platita en el bolsillo.
Demoraba el tipo- bueno es el último montón, "que venga que venga que nadie lo detenga..." pero, algo pasa, ya demora más de la cuenta “ voy a ir a mirar la carretilla y el camión, quizás fué al baño”.......dá vuelta la esquina y mira los camiones y peonetas bajando y vendiendo productos..... pero el comprador suyo? y la carretilla? Y el camión?

¿Parece que me hicieron leso?
Todavía recuerda la cara del muscoloso simpático que acarreaba y acarreaba apurado pero que olvidó la última carga.
No hay caso “pastelero a tus pasteles”.
Bórrenme altiro de la pyme que estaba pensando. 

piricuico (Requínoa)

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