jueves, 4 de enero de 2024

La sorpresa de Caracas...

 


 Recordaba mi primer viaje aéreo que tuvo como primer eslabón el

Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, donde haríamos enlace con la Isla del Encanto Puerto Rico.

La salida había sido ciertamente traumática. Agosto en Invierno, con nuestro modesto terminal aéreo sin mangas de acercamiento había que subirse al bus que te acercaba a la escala del avión, allí estábamos mientras caía una pequeña lluvia de despedida y los pasajeros se agolpaban en el sitio sin avance posible, sentía la estructura del avión ¡tan frágil para tanta gente y maletas!.

Reconozco hidalgamente que el corazón se me salía sentado y a la espera y nos daban las instrucciones de seguridad para los casos de emergencia: "una mascarilla que tendrías a mano para no desmayarte si había problemas de aire, las mangas dispuestas para escapar y huir en caso de accidentes, o para flotar en el mar en caso de imprevistos", tremendo panorama de recepción, osea que te animaban y quedas completamente notificado que cualquier cosa podría pasar.

Nuestra llegada era a las siete de la mañana. Uno avanza a descubrir lo nuevo, nada conocíamos, menos imaginar al abrir la escotilla ahora nos golpea brutalmente el calor violento de algo así como 30 gradosy deberíamos esperar la conexión como a las 14 horas. Ante lo desconocido bajamos viendo un terminal monumental un edificio lleno de cristales, con muchas conexiones y un verdadero ejército de funcionarios-todos con woki toki este transmisior portátil que sirve para comunicaciones de corta distancia. Hay que contar detalles ya que estamos en Agosto 1991 pleno invierno chileno.

Llegar a la sala de embarque para esperar el enlace siguiente una odisea, transpiro y me siento desesperado: viajamos con unos gruesos blue yeans, camiseta y camisa y debemos arrancarnos al baño y aligerar toda el invernal vestuario. Aprovecharé, me dije de recorrer los pisos conociendo este gigante hermoso y vemos que nuestro bolso pesado que lleva licores, conservas y vinos lo podríamos llevarlo en la carga, lo que sería novedoso dado su peso y peligro que podría caer sobre alguien. El Jaime y Albita quedarán sorprendidos, me digo,

Allí con "el arreglo del cambio del bolso pesado" me dispongo a mirar los amplios ventanales del movimiento que se producen y se ven los imponentes aviones que salen desde la terminal. Descubro un carrito que se mueve trabajosamente repleto de maletas y encargos sobre la losa repartiendo cargas según destinos.

Pero descubro algo y quedo atónito; son varios los carros que viajan en direcciones opuestas y dado el volumen caen de altura los mal estibados uno, dos tres.....se ríen los trabajadores y uno toma una vistosa maleta, empieza a darle vueltas en el aire y lanza al carro con tan mala suerte que cae dando volteretas en el  piso. Acá otros dos más caen y siguen las risas, las pruebas y el deporte de "quien le achunta más" y allí me pegó la palmada en la pelá: logré entender el porque los maletines llegan rotos, cortados, sin ruedas o manilla.......y recordé el bolso....My God! pero ya nos llaman abordar.

Al llegar a San Juan vamos dejando una curiosa estela de vino, pisco, mermeladas y unos nerviosos funcionarios drel aeropuerto Luis Muñoz Marín PR. nos interrogan asustados......¿qué pasó? ¿qué llevan? qué es ese olor, ése color, ! que és? me quedé "calleuque no más", y mirándolos a los ojos les dije impertérrito....."....espérense no mas....les voy a dejar todo sucio el terminal con esta bendición que voy regando" (lo pensé pero no lo dije)

Hay que ser "mata de arrayán florido" hacer este extraño y perfumado regadío de combinación licor, dulce y perfumes....en tierras extrañas.....

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