En estos tiempos raros y más curiosos tengo que contarles que la querida Níni nos cambió la vida: querendona, simpática, alegre, chinchosa, en fin una monada de verdad. Y sigo anotando su retrato: puntual como nadie, tiene registrado su reloj biológico mucho mejor que el nuestro, si en el desayuno pareciera que tiene una alarma especial: llega primero a degustar los manjares para que decir al almuerzo, lo hace con mayor aspaviento y miradas seductoras, y las onces-mucho mejor que súbdito de la corona, no falla en la hora y exige su porción aunque come lentamente como gustando cada trozo. No es cínica sino alegre y no podemos dejar de apoyarla sabiendo que en madre soltera y causa de muchos retoños que andan por allí a la buena de Dios no más. Tiene comida aparte y nos cuesta un poco porque es exclusiva. Le pusimos Nini, es negra lustrosa y sonriente y vino a acompañarnos en esta pandemia y su labor es recordarnos....*ya....es almuerzo, *ya....en fin no falla. Su nombre se nos ocurrió porque siendo de la calle no es ni de aquí ni de allá. Es una gata negra que no nos vinos a importunar sino acompañar. Miauuuu chiquilla, regresa pronto para la cena. |
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