El pueblito de Huara, con linda iglesia, que conocemos hasta con su pastor- el sacerdote
de la localidad que está terminando el mes
de María, tras una pausa, nos atiende con benevolencia, contándonos parte de la
historia de este templo; tambien alcanzamos a divisar el cementerio de este pueblo, que siguen allí
pese al terremoto de hace poco.
¡ Que rico ! aquí no hay prisa, acaso
estamos en ¿ otro mundo ?
Ahora nos deleitamos con Las Termas de
Mamiña “los ojos de mi niña”, ahora viene a mi mente que cuando chico veía en
las revista “En Viaje” la propaganda para conocer y apreciarlas; hoy esa lejana
invitación se hace realidad.
Para este viaje empezamos con unas pacientes hojas de coca en la boca, para
prevenir el viaje a la altura…sonreimos viajando en este desierto mientras tarareamos-curiosamente-
la música “de nuestros años” que melancólicamente suena “la lluvia, cae, cae,
son –mil recuerdos de ti “ y se me ocurre que contaré “algún dia” a mis amigos
con aire docto y semiserio, fíjense que “ mi encuentro con la coca fue por allá
por Noviembre en el viaje de Pozo Almonte a Mamiña”
El
adicional de Mamiña indicaba : “barros chinos” y resulta curioso el negro barro
con su particular perfume que cubrió todo el cuerpo y la cabeza entera……ahora
sí que estamos todos igualitos, no hay diferencias señores!.brillan los puros
dientes y algo blanco de los ojitos.
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