A Valdivia con la Tercera Edad
Desde las alturas contemplando las blancas nubes a bordo de un LAN, el día 1 de Junio volábamos junto a desconocidos pasajeros de la 3ª edad hacia Valdivia, una semana que nos acogería el Hostal Los Ciruelos en calle Luis Rudloff, un hospedaje confortable y limpio.
El grupo lucia alegre y fraterno, conformándose como de costumbre, en grupos afines ya sea por lazos familiares o por confraternizar con todos.
La ciudad estaba muy contaminada con humo de calefacción a leña y había que taponear las celosías de la ventana del baño para evitar el ingreso de humo. Diligentemente así lo hice por la noche y pudimos dormir tranquilamente. Al día siguiente despues del aseo de la habitación, dichos tapones habían desaparecido y colgaban graciosamente en los arboles de alrededor. Grr.
Hubo interesantes excursiones como fue al Fuerte Niebla, donde yo me saque una foto con unas representaciones de Lafquenches de tamaño natural (nativos de la zona) apoyando mi mano en uno de ellos. Al subir la foto al WhatsApp de Los Ciruelos 2016 al pie puse, “ Con mujeres Lafquenches”. De inmediato Rossana Lavanal una de las viajeras repuso sagazmente ,”Paul una sola es mujer…el altito es él …jijiji”. Me fui de espalda el loro ja ja ja .
Un Domingo fuimos a PUNUCAPA , un lugar que se puede acceder por vía fluvial (Rio Cruces) a bordo del Tornagaleones, un crucero que a la vuelta nos ofreció onces bailables, donde no falto la cueca. Pasamos bajo el controvertido puente Cau Cau y la verdad que no se explica como la ingeniería falló tan desvergonzadamente. Piensan demolerlo y la verdad que debería quedar como atracción turística, como, guardando las proporciones, la Torre de Pisa. Menos euros le entran a la ciudad si la torre estuviera derecha. En Punucapa se encuentra una iglesia y un ciprés que dicen tiene más de 200 años y que 20 personas pueden rodearlo. Hay cervecería artesanal, destacándose la cerveza Cuello Negro, y que despues de degustada invitaba a adquirir algunas botellitas. Buena la cerveza y que en el comercio no se encuentra. No compre nada ja ja . La iglesia estaba comida por termitas y estaba en reparaciones.
No fuimos al Huilo Huilo, principal atracción, porque según el guía estaba más seco que bototo minero.
Y entonces un Martes salimos a Futrono, donde a la pasadita nos entusiasmaron con las famosas cecinas Czischke, Allí si compramos harto. Llegamos a Coique a la playa donde van los de la Primera Edad ($$$$$) y de lejos sapeamos la mansión Piñera. No se ve mucho ya que esta en medio de una tupida arboleda y pintada de igual color. Totalmente camuflada. De vuelta pasamos por el Restaurant Don Floro, quien no acogió con exquisita onces. Yo me comí todo el queso que era para 4. En la mesa éramos 2 ja ja .
Durante la semana conocimos varios museos, como el Submarino O´Brien atracado en el Rio Valdivia, el Museo de la Exploración R.A.Philippi, el Museo Histórico y Antropológico Maurice van de Maele ambos en la Isla Teja. Los dos últimos, caaaraaa la entrada. Dos luquitas por vejete. Pero valía la pena. Plata había para eso, además Sonita había ganado en el Casino Dreams je je .
Hubo mucho frio en la semana y el smog por humo de leña, nos hizo echar de menos el smog de Santiago.
Al final del viaje, se logró conocernos más y a través del grupo Los Ciruelos 2016, con el intercambio de fotos y anecdotas, volvimos contentos y con ganas de seguir en otra oportunidad volver a vernos. Nos despedimos de los Anguita (una patota grande), de Jaime Lobos un atento y servicial compañero de viaje que siempre estuvo atento a las necesidades de todos, de simpáticas viajeras como Normita, Rossana, Carmen y que todas hicieron de este viaje más entretenido y humano.
Un abrazo.
Paul Barrientos Bertolo
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