Aproveche de compartir una tacita de té.
Deliciosa, emotiva. Deliciosa simplemente.
Siempre nos reímos de las mismas cosas, recuerdo ahora a mis propias integrantes:
mi Carmelita “que alcance para todos” y que “cada días Dios les dé más”;
la Aidita la “taco alto, entusiasta y alegre;
la “tía Juana” miles de sonrisas y una extraordinaria anfitriona;
a Verónica que era mi defensora, la cercanía de María con el “compartamos un cigarro y una conversación”,
María Javiera “una oración y algo más….” todas y muchas más inolvidables,
las guardo a todas aquí en mi corazón ….siempre!…..
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