* Puerto Rico desde el Cielo

 

 Una de las imágines de mis eternos sueños despierto es ver la isla querida desde arriba, recorriendo sus paisajes y escuchando su música. Sorprendentemente descubrimos esta joyita que representa un motivo de cariño, ternura, recuerdos y homenajes a mis hermanos queridos.
Los caquis



  ¡Hay bendito!
Recordando a un loco lindo

Era un dia más de trabajo en la cafetería, como siempre buena temperatura y una brisa marina rica y vital. Y allí aparece un tipo “medio extraño”, huraño, quizás muy cansado; sin mirar y medio ausente y ante mi requerimiento solicita :
-Deme un par de huevos.
-SCRAMBLED, SUNNY SIDE?
Dos huevos.
Le repito la modalidad que prefiere y molesto dice:
Dos huevos iñor en una paila pa ponerle el pan así y untar po.
-No me diga….chileno?
-si po y tengo harta hambre.
De inmediato señor (un alegrón encontrar a un chileno por esta isla del encanto después de tanto tiempo es choriflay ¿no?)
Así conocí a este tipo que fue mi amigo de verdad-  de curioso nombre Filberto. Era un médico y estaba muy ocupado trabajando en este país lejos de la patria. Se produce una amistad plena y permanente.
- Entonces, me invita “pasa a buscarme a la tarde”.
Conforme, allí estoy esa tarde en su trabajo, ven a conocer,  antes de irnos te invito hacer la visita médica. Me entrega una cotona del hospital y por arte de gracia ahora soy un médico…vamos?
-¿ a ver? Levánte la sábana. Que le parece doctor Contreras?
-aventure usted Filberto.
Clásico caso de paludismo….¿verdad?
-correcto. Lo mismo  pienso yo, hay que  continuar con el tratamiento indicado y estará muy bien.
Forjamos por años una hermosa amistad. Después en los viajes nos encontramos en Santiago y San Vicente de Tagua Tagua, Requínoa.
Simplemente un tipo loco, alegre, bueno para las bromas, un cabro chico, bueno de adentro, honesto sincero, risueño,  con una linda familia y muchas historias que contar y compartir.
Me han avisado que murió ahora. Aunque lejos estamos juntos, por la maravilla de la verdad del Cuerpo Místico que nos une a través de la distancia y nos hace ser UNO rogando y agradeciendo por haberlo tenido y conocido. 
Imagino el como estará contando y animando el almanaque allí donde esté. Más que pena hacemos este modesto y sincero recuerdo de un gran amigo, de varios años y muchos afectos.

Hasta siempre Filberto. Seguro que nos encontraremos algún dia en otra isla lleno de encantos, sin duda.